Doña Isabela de Solís
2 participantes
Página 1 de 1.
Doña Isabela de Solís
Doña Isabela de Solís
Siempre vestía negro luto,
desde el chapín a la mantilla,
Doña Isabela de Solís
y era entre todo el ringo rango
de la nobleza de Sevilla,
como una dulce flor de lis.
Todo lo tiene la señora:
talle gentil, cara de aurora,
labios ardientes como el fuego
y ojos de negra zarzamora,
en donde eterna noche llora
la noche eterna del que es ciego.
Por eso los niños al verla a pasar,
jugando a la rueda, solían cantar:
Isabela, Isabelita, Isabela de Solís,
tan graciosa, tan bonita
como un granito de anís.
¿Dónde vas tan peripuesta
por la tarde a pasear,
si te has a quedar compuesta,
solterita y sin casar?
¿Para qué llevas mantilla?
¿Para qué vas en cupé,
si no puedes ver Sevilla,
con lo bonita que es?
Sólo una noche en primavera,
tuvo un galán enamorado
que en la cancela la besó,
mas cuando supo su ceguera,
dio media vuelta hacia otro lado
y para siempre la dejó.
Doña Isabel, desengañada,
se refugió desconsolada
en el fervor de su capilla
y una mañana soleada,
toda de blanco amortajada,
fue por las calles de Sevilla.
Los niños muy tristes la vieron pasar,
cantando bajito su amargo cantar:
Isabela, Isabelita, Isabela de Solís,
¿dónde vas de mañanita,
cieguecita y en abril?
Ya tus ojos se cerraron,
con la pena y el dolor
de que nunca has conocido
ni las rosas ni el amor.
¿Dónde vas con tu mantilla
entre ramos de clavel
sin haber visto Sevilla,
con lo bonita que es?
Qué dolor, rosa morena,
que jamás pudiste ver
ni a la Virgen Macarena
ni a Jesús del Gran Poder.
¿Dónde vas tan amarilla,
delicada flor de lis,
sin haber visto Sevilla,
Isabela de Solís?
Siempre vestía negro luto,
desde el chapín a la mantilla,
Doña Isabela de Solís
y era entre todo el ringo rango
de la nobleza de Sevilla,
como una dulce flor de lis.
Todo lo tiene la señora:
talle gentil, cara de aurora,
labios ardientes como el fuego
y ojos de negra zarzamora,
en donde eterna noche llora
la noche eterna del que es ciego.
Por eso los niños al verla a pasar,
jugando a la rueda, solían cantar:
Isabela, Isabelita, Isabela de Solís,
tan graciosa, tan bonita
como un granito de anís.
¿Dónde vas tan peripuesta
por la tarde a pasear,
si te has a quedar compuesta,
solterita y sin casar?
¿Para qué llevas mantilla?
¿Para qué vas en cupé,
si no puedes ver Sevilla,
con lo bonita que es?
Sólo una noche en primavera,
tuvo un galán enamorado
que en la cancela la besó,
mas cuando supo su ceguera,
dio media vuelta hacia otro lado
y para siempre la dejó.
Doña Isabel, desengañada,
se refugió desconsolada
en el fervor de su capilla
y una mañana soleada,
toda de blanco amortajada,
fue por las calles de Sevilla.
Los niños muy tristes la vieron pasar,
cantando bajito su amargo cantar:
Isabela, Isabelita, Isabela de Solís,
¿dónde vas de mañanita,
cieguecita y en abril?
Ya tus ojos se cerraron,
con la pena y el dolor
de que nunca has conocido
ni las rosas ni el amor.
¿Dónde vas con tu mantilla
entre ramos de clavel
sin haber visto Sevilla,
con lo bonita que es?
Qué dolor, rosa morena,
que jamás pudiste ver
ni a la Virgen Macarena
ni a Jesús del Gran Poder.
¿Dónde vas tan amarilla,
delicada flor de lis,
sin haber visto Sevilla,
Isabela de Solís?
jabega- Veteran@
- Cantidad de envíos : 3068
Fecha de inscripción : 06/11/2010
Re: Doña Isabela de Solís
Rosita Ferrer
Luisa Ortega
Mercedes Ríos
Inma de Herves
Luisa Ortega
Mercedes Ríos
Inma de Herves
Coplerotrianero- Veteran@
- Cantidad de envíos : 2812
Fecha de inscripción : 27/06/2010
Edad : 29
Localización : Sevilla (Triana)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|