Letra de las coplas de la gala 26 ( 13 Marzo 2010 )

Romance de Juan Osuna - Alejandra

A mí me duele,
cómo me duele el alma ,
el alma señores, de tanto llorar
de tanto llorar.

Ni flor como la amapola,
ni cariño como el mío,
que me sentencian a muerte,
por tenerlo repartío.

Y a las dos de la mañana,
me vinieron a llevar,
tres pares de ojitos negros,
y me tuve que entregar

La manita en el evangelio,
la pongo, que yo me muera,
que yo no he matao a nadie,
de noche en la carretera.

Los tormentos de mis negras duquelas
no se los mando ni a mis enemigos
yo sufría con clavito y canela
me despertaron para darme castigo.

Mi lunita clara,
eres mi sangre y mi vida,
por lo mucho que yo te quería,
te vas sin volver la cara.

Por lo mucho que yo te quería,
te vas sin volver la cara

La niña de Puerta Oscura - Alvaro

La niña de Puerta Oscura
se dio de cara con él,
los ojos de calentura,
la boca como un clavel.

¿A dónde vas, niña hermosa,
a dónde vas por ahí?
Que estoy buscando una rosa,
la rosa del mes de abril.

Y al verla ponerse como una amapola,
Manolo Centeno le dijo a la Lola:

Limonar, y en medio del limonar,
limonar, de conchas y caracolas,
le tengo que hacer a mi Lola
una casa de coral.

Limonar, limonar,
y que de noche va sola,
con verde bata de cola,
le baile por solear.

La niña de Puerta Oscura,
a verlo no ha vuelto mas.
Y Málaga la murmura,
del palo hasta el limonar.

Que pena Manuel Centeno,
que no quiera ver venir,
para ver este clavel moreno,
que me ha nacido de ti.

Bordando pañales para su criatura
lloraba canales, la de Puerta Oscura.

Limonar, en medio del limonar,
limonar, de concha y caracola,
le tengo que hacer a mi Lola,
una casa de coral.

Limonar, limonar
y que de noche va sola,
con verde bata de cola,
le bailen por solear.

Limonar, limonar,
hay que pena de limonar,
hay que pena de mi limonar.

No puedo vivir contigo - Paco

Yo no sé por qué motivo,
ni por qué milagro,
ni por qué razón,
tengo de amores cautivo,
de los besos tuyos,
a mi corazón.

Yo era una rosa de Mayo,
y tú pa mis ramas fuiste vendaval,
a la cola de un caballo,
desde que te quiero me llevas atada.

No puedo vivir contigo,
ni sin estar a tu vera,
y unas veces te bendigo,
y otras matarte quisiera.

Eres mi noche y mi día,
mi pecado y mi virtud,
eres mi norte, mi guía,
eres mi gloria y mi cruz.
A Dios pongo,
a Dios pongo por testigo,
de lo que me pasa a mí,
no puedo vivir contigo,
pero tampoco sin tí.

Yo ya sé que esta locura,
es el laberinto de nunca acabar,
es como una noche oscura,
donde nos perdimos para siempre jamás.

No sé porqué te consiento,
que hagas conmigo esta Inquisición,
potro de luna y tormento,
es el amor tuyo para mi corazón.

Eres mi noche y mi día,
mi pecado y mi virtud,
eres mi norte, mi guía,
eres mi gloria y mi cruz.
A Dios pongo,
a Dios pongo por testigo,
de lo que me pasa a mí,
no puedo vivir contigo,
pero tampoco sin tí.

Un clavel - Sandra

Nadie sabe, nadie sabe,
aunque todos lo quieren saber,
ni la clave, ni la llave,
de mi cuándo, ni cómo y por qué.

Me gusta ser libre lo mismo que el viento,
que mueve el olivo y riza la mar,
tenderme a la sombra de mi pensamiento,
y luego de noche ponerme a cantar.

Un clavel,
un rojo, rojo clavel,
un clavel,
a la orilla de mi boca,
cuidé yo como una loca,
poniendo mi vida en él.

Y el clavel,
al verte, cariño mío,
se ha puesto tan encendío,
que está quemando mi piel,
que está quemando,
que está quemando mi piel.

Negro pelo, negro pelo,
que trasmina a menta y limón,
negros ojos, negros celos,
primo hermano de mi corazón.

Me importa tres pitos que diga la gente,
que voy y que vengo por el arenal,
y tengo gastadas las losas del puente,
de tanto cruzarlo por la madrugá.

Un clavel,
un rojo, rojo clavel,
un clavel,
a la orilla de mi boca,
cuidé yo como una loca,
poniendo mi vida en él.

Y el clavel,
al verte, cariño mío,
se ha puesto tan encendío,
que está quemando mi piel,
que está quemando,
que está quemando mi piel.

A tu vera - Veronica

A tu vera
A tú vera
Y a tú vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Que no mirase tus ojos,
que no llamase a tu puerta,
que no pisase de noche,
las piedras de tu calleja.
A tú vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Mira que dicen y dicen,
mira que la tarde aquella,
mira que si fue y si vino,
de su casa a la alameda.
Y así mirando y mirando,
así empezó mi ceguera,
así empezó mi ceguera.
A tú vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Que no bebiese en tu pozo,
que no jurase en la reja,
que no mirase contigo,
la luna de primavera.
A tú vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Ya pueden clavar puñales,
ya pueden cruzar chiqueras,
ya pueden cubrir con sal,
los ladrillos de tu puerta.
Ayer, hoy, mañana y siempre,
eternamente a tu vera,
eternamente a tu vera...
A tú vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta el día en que me muera.

Y sin embargo te quiero - Nazaret

Me lo dijeron mil veces,
y yo nunca quise poner atención;
cuando llegaron los llantos,
ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde,
ningún reproche te hacía;
lo más que te preguntaba
era que si me querías.
Y bajo tus besos en la madrugá,
sin que tú notaras la cruz de mi angustia,
solía cantar:

Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro
y más que a la madre mía.
Que se me salten los pulsos
si te dejo de querer,
que las campanas me doblen
si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro, compañero,
no debía de quererte,
no debía de quererte,
y, sin embargo, te quiero.

Vives con unas y otras
y na se te importa de mi soledad;
sabes que tienes un hijo
y ni el apellido le vienes a dar.
Llorando junto a la cuna
me dan las claras del día;
mi niño no tiene padre...,
¡qué pena de suerte mía!
Anda, rey de España, vamos a dormir...
Y, sin darme cuenta, en vez de la nana,
yo le canto así:

Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro
y más que a la madre mía.
Que se me salten los pulsos
si te dejo de querer,
que las campanas me doblen
si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro, compañero;
no debía de quererte,
no debía de quererte,
y, sin embargo, te quiero.

Que se me salten los pulsos
si te dejo de querer,
que las campanas me doblen
si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro, compañero;
no debía de quererte,
no debía de quererte,
y sin embargo te quiero.