EL FLAMENCO, SU HISTORIA

El flamenco es un género español de música y danza que se originó en Andalucía en el siglo XVIII, que tiene como base la música y la danza andaluza y en cuya creación y desarrollo tuvieron un papel fundamental los andaluces de etnia gitana. El cante, el toque y el baile son las principales facetas del flamenco.

Etapa primitiva
(Desde mediados del XVIII a mitad del XIX)

Ya por estas fechas comienzan a existir asentamientos gitanos estables en los suburbios de Sevilla, Jerez, Granada, Utrera y Cádiz y durante sus fiestas y celebraciones se reúnen a cantar y bailar. También trabajan como temporeros en fincas rurales y, por las noches o en jornadas festivas, organizan cantes y bailes.

Los primeros cantaores conocidos en esta etapa son: El Planeta, cuyo apodo se debe a la permanente alusión en sus coplas a los astros, y El Fillo, que se caracterizó por su voz afillá, es decir, oscura, ronca, de garganta. Es la que se utiliza para el cante más jondo.

La edad del café cantante
(Desde mediados del XIX a los años 20)

En este periodo el flamenco se difundió al máximo ya que, hasta entonces, había estado recluido en círculos cerrados. También el baile adquirió un apogeo sin precedentes. La razón de esta difusión está en el surgimiento del café cantante, un local de bebidas y comidas donde se ofrecían recitales flamencos. Sevilla y Cádiz son las primeras ciudades andaluzas donde se abren estos locales, pero también los hubo en otras capitales españolas como Madrid y Barcelona ante el éxito comercial del espectáculo.

Por primera vez, se paga por cantar y la competencia hace que surjan distintas escuelas de cante y la guitarra de acompañamiento. Había quienes pensaban que esta profesionalización estaba haciendo daño al primitivo cante gitano andaluz y se organizó en Granada el Concurso Nacional de Cante Jondo de 1922 cuyo principal impulsor fue Manuel de Falla, pero que no llegó a interesar al pueblo. Algunas figuras de esta época dorada fueron Silverio, El Nitri, Enrique el Mellizo, Manuel Torre o Antonio Chacón.

La ópera flamenca
(Desde mediados los años 20 hasta finales de los 50)

El nombre se debe a motivos económicos ya que se tributaba menos dinero por un espectáculo operístico que por uno de variedades. En esta etapa el flamenco se masificó. Empresarios profesionales organizaban el espectáculo y lo celebraban en plazas de toros y grandes teatros en giras por los pueblos y ciudades de España.

Está considerado por muchos como un periodo nefasto para el flamenco. El cante puro se desprecia, se pierde el gusto por lo auténtico, el fandango se hace el rey del cante y se valora lo superficial. Con el tiempo, el quejío se sustituye por gorgoritos y filigranas. El cantaor más representativo de esta etapa fue Pepe Marchena.

Revalorización del flamenco
(Desde 1954 a la actualidad)

A mediados de los cincuenta se revaloriza el flamenco. Se publica la primera Antología del Cante en Francia por Hispavox, González Climet publica su libro Flamencología y en 1956 se celebra el primer Concurso Nacional del Arte Flamenco de Córdoba. El flamenco llegó al gran público sin perder su esencia a través de los festivales al aire libre en los que compartían cartel varios artistas. Antonio Mairena fue el gran impulsor de este proceso.

El florecimiento económico de los sesenta y el crecimiento del turismo contribuyeron a la proliferación de los tablaos, como modernización del antiguo café cantante. El baile es la base del espectáculo y el público que predomina es extranjero, por lo que estos locales han tenido un papel fundamental en la internacionalización del flamenco. Otro elemento de difusión ha sido el disco. También los teatros se convirtieron en importantes promotores del flamenco a partir de los 70 y los espectáculos teatrales comenzaron a recorrer los escenarios de España y el mundo entero

No me había dado cuenta, Sultana, Mar me comentó algo pero no me acordé, está muy bien, muy interesante

Bueno cariño,yo de flamenco,no entiendo mucho,,me gusta pero no soy
entendida,,si me gusta las alegrias,de cadiz,,los fandangos,,las buelerias,
y mas,,pero los palos como ,martinete,,cante jondo,,y hay muchos,,que no me acuerdo,decir,,yo mealegro,que tenga este hilo,para los que le gusten el flamenco,,y me alegro,que sea tu quien lo promociones,,ya entrare con otros,mensajes,del flamenco,,besos bordi,

Muchas gracias Shalma y Bordi, me alegra que os guste, la semana que viene ire poniendo los distintos palos, no lo hago ya para no agobiar, iré dejando semanas intermedias para que os de tiempo a visitar, comentar y sugerir.

Oscar de Manuel en Concierto
mira cari,,si quiere algo nuevo,entra en yotuve,,en oscardemanuel,,
es un sobrino mio,de que toca la flauta,,en flamenco,,y veras como es,
mira no lo pongo yo,pues no ce,,tiene 11 videos,,es el que tiene el traje blanco,,y toca la flauta,,veras como lleva la orquesta,,dime luego si lo a visto,,

Fantástico Bordi, realmente fantásatico, muchas gracias, desde luego que pondré videos de él.

Muy oportuno este hilo sultana, lo digo porque hoy es un día grande para el flamenco, por fin, se le ha reconocido y se le ha dado el puesto que se merece en el mundo.

Dejamos pendiente de ver y comentar lo sucedido en la II Copa Pavón cuya final se celebró el 27 de Septiembre de 1926 en el Teatro Pavón de Madrid. A ella concurrieron, entre otros, los siguientes cantaores: Manuel Vallejo -vencedor de la edición anterior- Angelillo, La Trianita, El Chata, Manuel Centeno, Manuel Torres, Rosario La Cordobesa, Niño de Valdepeñas y Niño de Villarubia, con las guitarras de Verdeal, Martel y Luís Yance.

Las noticias previas aseguraban que Vallejo llegaba al Pavón pletórico de facultades, a Centeno y Torres se les destacaba como favoritos y no tuvieron que pasar la ronda de clasificación. Curioso que en un concurso haya tanto favoritismo por parte de la organización que, en los anuncios, destacaba el duelo entre Vallejo y Centeno a la vez que elevaba a Torres a la categoría de 'pontífice' del género, siendo la publicidad de este evento la 'fumata blanca' que anunció la proclama papal del jerezano aunque luego trascendió a las grabaciones (recordemos que en su Rondeña los jaleaores le animan con este epíteto de 'pontífice' del cante)



Curiosa también esa coletilla de "el auténtico" que se añade al nombre de Manolo Torres, ya hemos comentado otras veces que en aquellos años eran frecuentes las suplantaciones, dándose el caso de varias cantaoras que reclamaban para sí un determinado apodo. Lo curioso del caso es que no conocemos otro cantaor que actuara con ese nombre, parece que pusieron el paréntesis simplemente para darle importancia. Además, si apareciera algún otro Manolo Torres, el auténtico sería el otro ya que éste no se llamaba así, o al menos eso es lo que certifican los documentalistas; así que eso de que era el 'auténtico' Manolo Torres vamos a dejarlo.
Lo importante es que aquí no iba de convidado de piedra como en Granada 22 o Huelva 23 donde cantó fuera de concurso sino que venía a competir.



Hay que destacar que el hecho de que se agotaran las localidades podía preverse en función de lo sucedido en la edición anterior, donde funcionó muy bien incluso la reventa pero eso no era la tónica general de los teatros que estaban sumidos en una crisis de caballo desde principios de siglo por falta de espectadores. El cierre de los cafés no significó que el público que los frecuentaba se trasladara a los teatros para presenciar el cante políticamente correcto que reflejan las pizarras de aquel tiempo sino que se produjo un rotundo divorcio entre los promotores teatrales y su clientela. Cuando no había alguna buena comedia de los Alvarez Quintero las plateas españolas estaban prácticamente vacías y no había ningún cantaor ni cuadro flamenco con el tirón suficiente para cambiar aquella situación; de modo que el Flamenco se integró en espectáculos de Variedades donde el verdadero reclamo eran las cupletistas sicalípticas, las cancionetistas de aires regionales, los forzudos y escapistas que completaban el cartel y aún así con escaso público. A aquella alturas de la película ya ni siquiera funcionaban los salones de varietés por más números circenses que congregara la función, es evidente que la afluencia de público a los Concursos de Cante Jondo era debida única y exclusivamente a la participación de mirlos, como era el caso de Angelillo que por si sólo hubiera podido llenar el teatro como pasó poco después.
El baile español, no obstante, seguía gozando de muy buena reputación fuera de nuestras fronteras debido al gran éxito de artistas como Tórtola Valencia, Antonia Mercé y Encarnación López que eran ya grandes figuras, mientras que los hermanos Cansino enseñaban a bailar al mundo desde sus academias de Broadway y Hollywood. En el mismo número del Heraldo de Madrid donde leeremos el fallo de la II Copa Pavón venía una entrevista con la radiante y triunfal Argentina.



Pero nosotros nos concentraremos en lo que sucedió en el Pavón para tener información de primera mano sobre su célebre certamen de cante jondo. Parece ser que, a pesar de las buenas referencias que traía Manuel Vallejo no tuvo su noche, llegándose a afirmar que había perdido facultades. Los tres accésits se concedieron a Angelillo, el Chata de Vicálvaro y la Trianita resultando vencedor absoluto Manuel Centeno. Vallejo obtuvo como compensación la Llave de Oro del Cante y no vemos en el reparto de premios reconocimiento alguno para Manuel Torres. No solo el Jurado no consideró oportuno recompensarle por su actuación sino que, según comenta el articulista, tampoco el público estuvo atento con él.



En un ambiente de gran expectación el Jurado de la II Copa Pavón siguió la misma tónica que el de la primera, premiar a un artista veterano capaz de cantar a la manera microtonal aunque no fuera eso lo que tenía por costumbre. El auge de los mirlos no solo supuso el desembarco de una nueva generación de artistas sino que también motivó que los veteranos dejaran de esconder su mejor cante. Seguramente el público hubiera preferido ver como vencedor a Angelillo y la prueba es que tuvo que comparecer en la prensa para reconocer públicamente que aceptaba la victoria de Centeno porque había cantado mejor que él. Es un escrito demasiado pulcro para haberlo redactado Angelillo personalmente pero sin duda aquello debió de serenar los ánimos de sus seguidores.

Las noticias que vamos rescatando relativas al Flamenco en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera van poniendo las cosas en su lugar. Había gran preocupación en el régimen por guardar las apariencias, por una parte necesitaba ponerle remedio a la profunda crisis teatral que le privaba de uno de los resortes de poder más eficaces, el teatro, el control de la opinión pública mediante la comunicación de masas; el regreso del público a los teatros pasaba necesariamente por readmitir el cante microtonal que ya había reconquistado la calle con canales de expresión propios como el cante de Saetas. Para darle terreno en los escenarios manteniendo un férreo control sobre las apariencias se recurrió a la fórmula de los Concursos de Cante Jondo, en ellos los mirlos tenían un reconocimiento relativo porque los primeros premios se otorgaban a cantaores veteranos que dieran sensación de continuidad y así podían referirse al operismo flamenco como una simple moda que, por tanto, tendría carácter pasajero. Pero la respuesta masiva del público complicaba la operación, en el concurso de La Unión los espectadores lograron repetir una final que privó del triunfo a Fanegas en beneficio de Guerrita, en la segunda edición de la Copa Pavón el Jurado tuvo que saltarse el guión dejando sin premio a Vallejo y Torres pero la situación se recondujo en una serie de gestos a sala vacía, uno de ellos fue la concesión de la Llave del Cante a Vallejo de manos de Manuel Torres, otro fue el contrato para ambos que siguieron actuando en el Teatro Pavón durante unos días lo que les permitió anunciarlos con grandes epítetos como si hubieran sido ellos las alhajas del Concurso. La carta de Angelillo reconociendo el triunfo de Centeno fue significativa también pero sobre todo esta crónica sobre el fallo del concurso expresa claramente la estrategia de la Dictadura. A pesar del poco respeto con que el público escuchó a Torres y de que un Jurado experto le dejó sin premio este anónimo escribano eleva al "pontífice del cante jondo" a las máximas alturas diciendo que el suyo es "el verdadero cante". ¿Y de quién partió esa idea? No lo sabemos porque tiró la piedra y escondió la mano pero es una idea dictatorial que carece de base documental. ¿Cuantos borregos siguen ese dictado actualmente? Pocos pero muy significados, varios Premios Nacionales de Flamencología, todos los flamencólicos que quieran vivir del cuento, los que se llaman a si mismos 'cabales' y nuestros colegas del foro vecino en cuya memoria ROM está grabada esta consigna. No en el disco duro, que eso es modificable, sino en la memoria ROM que es de sólo lectura y no está en su mano cambiarla. Son robots programados por una mano negra anónima y las instrucciones que ahí dejó un agente de la Dictadura de Primo de Rivera son fundamentales, por eso no les gusta este foro donde todo es discutible y más este torpe facherío que gobierna sus ideales hasta el punto de que si algún día comprendieran que eso es falso perderían su afición al cante. No les importa en absoluto el cante, lo que realmente les importa es ese falso, antidemocrático, anticientífico, absurdo y vano dictado primorriverista.



BUENO ESTA HISTORIA,DEVIA TENER,FOTOS Y NO SALEN,,NO CE PORQUE,

Aún es pronto para evaluar las consecuencias de esta elección, vamos a ver qué entienden la Unesco y la Humanidad por Flamenco. Espero que no sea otro lastre que impida la libre creación de nuestros artistas, una excusa para programar coñazos y un roto en el bolsillo para nuestra maltrecha economía. A quien hay que felicitar es a la Unesco por su nuevo fichaje, porque el Flamenco ya era universal.

Muchas gracias Damaduende, me parecia bonito hacer un homenaje a ese género tan nuestro.

Bordi querida muchas gracias por tu importante aportación.

Un beso enorme