Juanita Reina

BIOGRAFÍA DE JUANITA REINA

Juanita -¡y basta solo su nombre!-, impresionante mujer, humana, sencilla, alma y sentimiento, corazón y garganta, nació un 25 de agosto de 1925, en la típica calle Parras, del sevillano barrio de la Macarena, siendo la tercera de los hijos del matrimonio compuesto por Miguel Reina y Lola Castrillo Pascual.

De niña veía y admiraba películas de Imperio Argentina y Estrellita Castro, soñando, como ellas, alcanzar el firmamento de la canción, de ese folklore andaluz y auténtico, que eleva el espíritu… A los once años, comienza a cantar en su barrio, en bautizos, casamientos y fiestas familiares. Su padre, que tanto significó en su vida, fue pescadero en el mercado de la calle Feria, y diariamente, se levantaba a las cinco de la mañana para llevar su mercancía de pescado desde la Macarena hasta el Barranco.

La primera vez que cantó ante el público, contando trece años y sin saberlo su padre, fue en el Teatro Cervantes, en una función matinal organizada por Educación y Descanso. La llevó una vecina, actuando en el coro, que interpretaba la popular zarzuela La Rosa del Azafrán. Mas ella le dijo al director que quería actuar sola, cantando admirablemente aquella antigua canción: Maria Salomé.

Entonces, su abuelo le dio veinticinco duros para que se comprara un traje de flamenca, y aunque Juanita Reina tenia que atender a los menesteres diarios de su casa, sin embargo, juntamente con una vecina –acostándose, a veces, a las dos de la madrugada, para cumplir con sus tareas de ama de casa-, terminó el traje, de percal, con fondo blanco y lunaritos azules.

Además, para acicalar su belleza juvenil, se compró unas perlitas y unas pulseras de pasta… Ya Juanita Reina era una promesa feliz, consiguiendo tal éxito que, su propio padre, ajeno al asunto artístico, accedió a que luchase por ser estrella de la canción.

Y surge el primer espectáculo –dentro de las variedades y montado por su padre-, bajo el original titulo de Los Churumbeles, luciendo Juanita Reina un precioso traje de volantes que le costó cincuenta duros… En él cantaba canciones tan clásicas y sugestivas como La niña blanca, del maestro Naranjo; El Cristo de los Faroles, Los Churumbeles –que daba titulo al espectáculo, y originales también de Naranjo-, así como el alegre pasodoble La Lola.

Entonces, realiza una turné por toda Andalucía, con mas de cincuenta representaciones, obteniendo tan clamoroso éxito, que marcha seguidamente a Barcelona con un buen contrato, para actuar de fin de fiesta en el cine Edén, interviniendo también en los bolos de numerosos cines catalanes, en los que, tras terminar en el antiguo Rigat, el mejor salón barcelonés de espectáculos de la época. Y todo, acompañado de un clamoroso éxito.

Con el primer contrato llegó también la grabación de su primer disco, en La voz de su amo, cobrando veinticinco duros por cara, impresionando en él las ya populares canciones de espectáculo (La niña blanca y Los Churumbeles). Y ya, el salto a Madrid, que ansiaba ver la actuación de la joven cancionista Sevillana, y en donde tenia contrato para rodar su primera película. Pero al llegar a la capital de España, se encontró con que estaba anunciada –sin el permiso previo- en cierto espectáculo. Su padre se negó a que actuara precipitadamente, y más, en un número de relleno.

Don Miguel habla con el famoso trío Quintero, León y Quiroga –de los que Juanita, junto con La Piquer, será fiel intérprete-, y le escribieron aquel maravilloso aplaudido libreto para un espectáculo con el que recorrería toda España: Tabaco y seda, estrenándose en el madrileño Teatro Reina Victoria.

Entonces, el marido de su madrina –prima hermana de don Miguel-, que gozaba de cierta posición económica, le prestó veinticinco mil duros para montar el espectáculo, y fue tal el éxito –Juanita Reina brillaba ya como estrella consagrada-, que, tras su apoteósica actuación en toda Andalucía, hubo de recorrer España entera, cosechando fuertes aplausos y excelentes criticas en Valencia, Barcelona y Bilbao.

Posteriormente actúa en el Teatro Poliorama, cosechando también nuevos éxitos. En 1940, conoce en Barcelona al famoso representante Palmita –descubridor de Gracia de Triana y de Lola Flores-, que también fue su descubridor, y que igualmente se mostró admirablemente con la tonadillera. Al poco tiempo de conocerla, le regalo una participación de lotería con la buena fortuna de que les tocó. Entonces, marcharon a Sevilla a ver a su madre, con numerosos regalos. Palmita gozaba de excelente amistad con el director cinematográfico Florián Rey, organizando una fiesta en el chalet de Florián, para presentar a la canzonetista Sevillana. Entre los asistentes, se encontraba la profesora del famosísimo tenor Miguel Fleta, que dijo a Juanita Reina que tenia una voz maravillosa de contralto, excelente para cantar opera y zarzuela… Pero Juanita Reina se decidió por la canción andaluza durante toda su dilatada vida.

Y de esta reunión festiva surge la primera película: La Blanca Paloma, rodada en 1941 y estrenada el siguiente año. La película, basada en la popular novela de Alejandro Pérez Lugín y ambientada en la universal Romería del Rocío, fue dirigida por Claudio de la Torre, y en ella se pretendió presentar a una posible sustituta de Estrellita Castro, aunque la idea no llegó a cristalizar, porque Juanita Reina era diferente, única, a pesar de su juventud.

En la película, típicamente andaluza, intervinieron también el propio Palmita y el padre de la tonadillera, interpretando Juanita, entre otras canciones, un gracioso tanguillo titulado El Gazpacho.

Por estos años, en que las grandes tonadilleras como Imperio Argentina, Estrellita Castro y Conchita Piquer realizan sus giras por América o por Europa, es el momento triunfal de Juanita Reina, que contaba solamente dieciocho años, llenando el vació de sus precursoras, haciendo muy popular aquella famosa canción de Quintero, León y Quiroga: ¡No me quieras tanto!, que aun hoy día sigue vigente.

Ya todos los años iba presentando Juanita un espectáculo nuevo, como Cuento de Maria Millones, La rosa eterna. El puerto de los amores, El Libro de los Sueños, donde cantaba esta canción de Quintero, León y Quiroga que daba titulo al espectáculo.

Desde el día 20 de octubre de 1943 aparecía ya anunciado en el diario sevillano ABC el espectáculo de Juanita Reina: Solera de España, de Quintero, León y Quiroga, destacando el rotativo el <<éxito de las estampas Aquí no se engaña nadie, Callejuela sin salida, Romance del Madrid Bohemio, Que se acaba el mundo, La clavelona, Romance de Eugenia de Montijo, La señorito del acueducto, Gitana rica, Rosas de ayer, Solera vieja, Ni hablar del peluquín y tabaco y seda>>.

En 1944, interpreto la artista una nueva película, rodada en Sevilla y en Madrid, y que según Jordi Bas, fue un paso en falso en la carrera cinematográfica de Juanita Reina: Macarena, con Miguel Ligero y A. Guzmán Merino.

En 1946 rodó Canelita en rama, junto a Pastora Imperio, Manuel Riquelme y el padre de Maruchi Fresno; en la película se lucía nuestra tonadillera cantando la alegre y popular canción Canelita en rama.

En 1947 se estreno una importante película en la filmografía nacional: La Lola se va a los puertos, basada en la obra teatral de los hermanos Machado y dirigida por Juan de Orduña, y en la que Juanita Reina interpreta un destacado papel junto a Manuel Luna y Jesús Tordecillas. De ella, nos dijo la propia actriz: <>, pero lo que encajó maravillosamente dentro de la película fueron las canciones de Quintero, León y Quiroga, interpretadas magistralmente en la voz y en el gesto de nuestra cancionista, y entre ellas la canción Una Cantaora.

Este mismo año, y dirigida también por Juan de Orduña, rodó en Madrid Serenata española, al lado de Julio Peña, narrándose en la cinta la vida del insigne compositor español Isaac Albéniz.

Y de nuevo, dirigida otra vez por Orduña, filmó en 1947 la película histórica Vendaval, ambientada en el reinado de Isabel II, destacando Juanita al lado de dos excelentes galanes de la época: Virgilio Teixeira y Eduardo Fajardo.

La crítica acoge favorablemente la intervención de la artista sevillana, que consigue por primera vez <>, entusiasmando al propio tiempo al público con su manera de interpretar aquella canción maravillosa e inolvidable: Y sin embargo te quiero, que también insertaría en su repertorio Conchita Piquer.

Cinco años después, en 1952 realizaría la que seria tal vez su mejor película: Lola de Piconera, inspirada en la obra dramática de José María Pemán Cuando las Cortes de Cádiz, y dirigida por Luis de Lucía, teniendo nuevamente como galán a Virgilio Teixeira, así como a José Bódalo.

También intervino en la película Aeropuerto, protagonizada por Fernando Gómez, interpretando, magistralmente, esa sublime zambra –fuerte y desgarradora-, de Quintero, León y Quiroga: Yo soy esa.

El éxito obtenido por Juanita Reina en Lola la Piconera no le acompaño en ese comedio folklórico, dirigida por José G. Maeso, titulada Sucedió en Sevilla, en 1955, segunda versión de La Blanca Paloma, en la que la tonadillera compartía los principales papeles con Alfredo Mayo, como galán, Maria Piazzai y Marco Davó. Una vez más, se salvó Juanita con sus canciones, como esta rumba: La verde pluma, con música de Ochaíta, Valerio y Solano.

La última realización cinematográfica de Juanita fue La novia de Juan Lucero, junto al gran rejoneador Angel Peralta y Conchita Bautista, dirigidos por Santos Alcocer, en 1958.

Indiscutiblemente, a Juanita Reina donde había que verla –y admirarla- era luciéndose en las tablas, como estrella indiscutible de nuestra canción, en aquel inolvidable espectáculo de Quintero, León y Quiroga –en el que también intervenía Pepe Pinto- : Solera de España 1, estrenando en 1948, en donde Juanita cantaba admirablemente aquel popular y sentido pasodoble, que eternamente se seguirá cantando: Francisco Alegre, y que obtuvo la mayor recaudación económica de este año, según la Sociedad de Autores, o ese pasodoble tan nacional, perteneciente al mismo espectáculo: Capote de grana y oro, también original de Quintero, León y Quiroga, en donde Juanita echaba el corazón por la garganta, cada vez que lo interpretaba.

El 15 de julio de 1964 contrae matrimonio, en la Basílica de Ntra. Sra. De la Esperanza Macarena, con el bailaor flamenco Federico Casado, Caracolillo, oficiando la ceremonia religiosa el Cardenal arzobispo de Sevilla, Dr. D. José María Bueno Monreal.

Juanita Reina, ha sido –una de las mejores tonadilleras de todas las épocas, con esa maravillosa y limpia voz, con carácter tímido y reservado, sencillo y afable, aunque la alegría, la gracia andaluza, le rebosaba por su cuerpo… Juanita Reina y Dama de la canción, estaba en posesión de multitud de condecoraciones, como el Lazo de Isabel la Católica, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, la Medalla de la Cruz Roja, la Medalla de Plata al Trabajo y Medalla de Oro del Sindicato Nacional del Espectáculo, entre otras muchas condecoraciones y premios; pero de lo que mas orgullosa se sentía la cancionista Sevillana, es de ser Hermana de Honor y Camarera de su Virgen de la Esperanza Macarena, de esa Virgen Milagrosa que se venera en San Gil, y de la que decía Juanita: <>.

TE LO HAS CURRADO UN MONTÓN !