A tu vera 2013: Análisis de la gala 6
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A tu vera 2013: Análisis de la gala 6
Aquí os dejo mi análisis de la sexta gala oficial de “A tu vera”. Voy a valorar las 9 actuaciones individuales, las tres corales y los dos retos
Reto inicial: Coral VS Laura: Trece de mayo
Coral: Esta es la Coral que a mí me gusta. Yo creo que ha sido su mejor actuación en lo que llevamos de concurso. Me ha sorprendido verla en un registro tan dramático como este, ya que ver a una niña de 15 años asumiendo el rol de una mujer sumisa, es un reto complicado pues se necesitan muchísimas experiencias vitales para poder hacerlo con cierta credibilidad. Sin embargo, Coral lo ha resuelto francamente bien, con una actitud muy madura, desmenuzando el tema e impregnando cada fragmento de las sensaciones, emociones y sentimientos que se requerían, dándole el toque perfecto. Por eso, cada frase se ha focalizada de manera diferente dando lugar a matices muy variados (de alegría, de enamoramiento, de sumisión, de preocupación, etc…) armonizándolas con su timbre. Por primera vez ha sido capaz de interpretar el tema sin abusar de la puesta en escena, estando sobria, recogida en los momentos precisos y sabiéndolo contar de una manera muy efectiva. Ella ha hecho un esfuerzo enorme por creérselo y a mí me ha sorprendido la soltura y la naturalidad con la que ha entendido este tema. Le doy un 8.
Laura: Aunque la actuación no ha sido mala, es verdad que tenía una rival muy dura. El resultado ha sido un producto correcto, pero no tan redondo y completo como el de Coral. No ha indagado en tantos matices ni ha sabido modelar el tema para exprimirlo al máximo en sus patrones dramáticos (que los tiene). De un tema como este se puede hacer un análisis muy complejo del yo lírico protagonista. Ha faltado compenetración, gancho, emoción con el contenido. Vocalmente ha estado correcta (con algún descontrol esporádico) y una puesta en escena muy válida. Se ha esforzado por hacer uso de una expresión corporal correcta, pero sin llegar a la genialidad de su rival. El timbre tan caliente y coplero le ha ayudado mucho, pero también es verdad que le faltaba seguridad, aplomo. No se ha soltado del todo y estaba como atada vocalmente (con cierto miedo a explotar del todo y desnudar sus emociones). Eso ha hecho que la actuación sea válida (dramáticamente hablando) pero no tan profunda. Un 6,5.
Raquel: La loba
La verdad es que Raquel tenía una misión bastante complicada esta noche con un temazo con el que pueden pasar dos cosas: o sales más reforzada y te consagras definitivamente como posible ganadora, o la pifias estrepitosamente quedando como una mancha negra en tu expediente. Yo creo que ha sido más lo primero que lo segundo, aunque para mí no ha sido una actuación tan perfecta. Raquel ha cohesionado su actuación a partir de dos focos de fuerza: la voz (indudablemente) y la mirada, lo cual ha generado una actitud y un aire muy enérgico y de garra. Yo mirando a Raquel podía ver a un personaje muy bien creado, muy bien intencionado, muy bien colocado en la dramática del tema. Quizá ha faltado potenciar más el resto del cuerpo (los brazos, las manos, el tronco) y ponerlo en armonía con la voz y la mirada, y escénicamente todo ha quedado un pelín vacío. Raquel ha puesto los matices vocales correctos, los ha proyectado en su mirar, pero no ha tenido repercusión en la puesta en escena. Ella ha llegado al núcleo de la canción de una manera provocada artificialmente, como obligada. No ha salido al 100% del corazón. La actriz se ha acabado sobreponiendo a la cantante. Para meterte de lleno y fusionarte perfectamente con la canción, actriz y cantante tienen que estar a la par, y en este caso quizá la actriz (de tanto querer llegar a lo esencial del tema) ha acabado excediéndose y haciendo un sobreesfuerzo, quedando todo poco natural. Técnicamente ha habido alguna cosita (pequeñas desafinaciones, algún alargamiento poco acertado), y ha faltado la parte recitada del principio. La gradación de las intensidades ha quedado perfecta, creando una atmósfera que te dejaba embobado. En ese sentido, se nota que Raquel se ha esforzado por entender el tema y sacar todo lo que tenía dentro. El proceso utilizado quizá haya pecado de sobrecargado y de falta de espontaneidad lírica, pero no se puede pretender que todo el mundo sienta todos los temas (habrá veces que hay que forzar la máquina, aunque no resulte puro del todo). Lo importante es que el resultado ha sido muy bueno, y por eso le pongo un 8.
Verónica: Vendedora de coplas
Me ha encantado la puesta en escena de Verónica y la manera de proyectar su mirada, sus gestos, el movimiento del abanico. Ha cumplido las directrices de todo pasodoble: ha bailado bien, se ha movido bien, ha estado convincente, creyéndoselo, con una actitud muy señorial. Para saber vender una cosa, primero hay que creérselo a uno mismo y demostrar con tu voz y tu cuerpo que eres capaz de persuadir, de convencer, de mostrar cierta planta, de dar cierta imagen. Se trata de una copla donde un porcentaje muy alto del éxito radica en una buena actitud. Yo oyendo a Verónica en las estrofas, me la estaba creyendo, la veía muy bien metida en su papel de vendedora, y a mí me hubiera vendido esa copla. Por eso valoro positivamente que Verónica haya utilizado técnicas retóricas (guiños de ojos, clichés de tinte divulgador, algún giro más popular, movimientos con los dedos). Las ha fusionado muy bien con la expresión corporal sin caer tampoco en el mal gusto (que es muy fácil hacerlo cuando cantas un tema así). En el estribillo la he visto más relajada, sin exprimir tanto esa actitud. Ahí se ha quedado un poco corta y faltaba más vidilla escénica. En algunos momentos iniciales se notaba muy agitada en las respiraciones. Una lástima esto, ya que ha irregularizado un poco el ritmo dramático. Después de unas estrofas tan trabajadas, tan estilizadas y tan mimadas, daba coraje oír unos estribillos tan mimetizados (que eran mera ejecución vocal sin tanta elaboración personal). Una lástima. Le doy un 6,5.
Antonio: Mi vida personal
El problema de Antonio más que de aptitud es de actitud. La copla, como todo género musical, requiere una capacidad de transmisión y para que el proceso de transmisión resulte cómodo y agradable para los oídos, es indispensable que el timbre y la pose natural del que canta prevalezcan por encima de todo lo demás. Yo creo que Antonio no confía ni en su voz ni en su puesta en escena, ya que continuamente está modificando, desvirtuando su naturalidad. En lugar de dejarse llevar por el sentido común, por la espontaneidad lírica, por el corazón (por lo que él puede sentir), convierte la canción en un objeto de orfebrería, proyectando una voz que no es la suya y haciendo uso de unos recursos corporales, cinésicos y paralingüísticos de una manera caótica y caprichosa sin importar la armonía que puede tener en el tema. Eso hace que la interpretación de esta noche haya sido muy amanerada, muy estirada, muy forzada, poco creíble, muy artificiosa, muy postiza. La intención es buena (dramáticamente hablando) pero el resultado (en este caso, traduciendo en actitudes de garra, fuerza, dureza) no se consiguen de una manera natural y creíble. Se nota que el chico no siente el pellizquito y como no está satisfecho del todo, sustituye lo lírico por el ornato y al final se llegan a los núcleos dramáticos de una manera algo brusca y visceral. Esta noche, al exagerar al máximo la voz y la expresión corporal, parecía una parodia (producto humorístico) en lugar de una versión “normalizada” de este tema. Ha conseguido transmitir dureza y fuerza, pero de una manera inestable y dudosa (mediante un contrafactum). Ha faltado fijar un patrón dramático claro, sin ordenación alguna. Algunas veces parecía triste, otras veces enfadado, pero sin mojarse realmente, sin llegar a profundizar en esos matices. Ha falta ordenar dramáticamente las emociones del tema, dosificarlas y distribuirlas con el contenido de la letra. Ha habido un exceso de movimiento y muchísimo descontrol vocal. Ha sido un desastre. Para trabajar de una manera cómoda, la voz y el cuerpo tienen que estar en una posición cómoda (es igual que si para hacer gimnasia me pongo un traje de gala: el traje me impedirá hacer determinados movimientos). Como se fuerce demasiado, al final ni el artista se siente cómodo ni el espectador. Le doy un 4.
Lucía: Compañero
Hoy he visto a Lucía muy flojita. Los ojos estaban demasiado cerrados. Debería mantener la mirada a la cámara e interpretar con ellos. Una buena mirada ayuda muchísimo y crea un efecto de resonancia imprescindible. Hoy la he visto poco cómoda. Esta chica tiene un vicio importante que debería corregir: cuando no está segura de lo que hace (de la letra del tema, por ejemplo), envicia su dicción, bajando la voz (para que el espectador no se dé cuenta del error y éste se crea que por el efecto “ornato” no lo entiende) y sube el tono (haciendo ver que derrochando voz, se es buena cantante). Los dos errores son garrafales. El primero, porque desconecta al receptor del tema (al no entender el contenido, el mundo literario de la copla se rompe). El segundo porque afea la interpretación y quita matices (subir la voz es bueno en determinados momentos, pero no siempre, ya que una voz alta no permite lucir ciertas cosas que sí permite un grave). Hoy es verdad que la he visto con más garra, con más actitud e interpretativamente ha estado muy bien colocada en el registro y en el contexto. En ese sentido, ha cumplido con lo que se pedía. Sin embargo, la he visto muy lineal, ya que Lucía ha estado haciendo uso de las mismas herramientas y recursos desde el principio, hasta el final. En lugar de ir calentando el tema, buscando el efecto sorpresa y dosificando sus colores, ha optado por “vomitarlos” todos al principio y mantenerlos todo el rato, sin variar ni coquetear con las posibilidades vocales del tema. Por eso, con el paso del tiempo se ha ido desinflando. De hecho, la segunda parte del tema (segunda estrofa y estribillo) se ha ejecutado de manera casi idéntica. Un 5,5.
José Mora: Silencio por un torero
Hoy José sí ha estado muy acertado en la interpretación del tema. Por primera vez, lo he visto muy bien recogido, muy sobrio, muy contenido, sin sobrecargar la voz, con mucha nitidez, con mucha limpieza, creando un contexto muy intimista, armonizando el susurro, con el llanto y sin altisonarlo. Cuando al principio José decía que cantaba un tema como este, yo no estaba muy convencido: me temía un destrozo terrible, ya que José tiende a sobreactuar, a dramatizar en exceso, a llegar continuamente a un llanto elevado. Sin embargo, esta vez ha optado por tomárselo con calma, pasear el tema con mucha introspección, con mucha delicadeza, hacia dentro en las partes más íntimas y hacia fuera en las más descriptivas. Es verdad que al inicio vocalmente ha estad un poco dubitativo, con algún temblor e inestabilidad en la voz, pero inmediatamente se ha colocado de una manera cómoda y ha sabido saborear y empastar el tema tal como pedía una canción tan intimista como este. Hoy lo he visto muy elegante, muy natural, muy creíble, muy innovador (con sus giritos flamencos pero sin abusar). Por primera vez, ha dejado la visceralidad y la altisonancia de lado (sin ese componente lacrimógeno) y el resultado ha sido un producto muy notable y muy bien vendido. A mí me ha gustado mucho y por eso le doy un 7,5. Esta es la línea que debe tomar José.
Natalia: En el último minuto
No hay duda de que Natalia es la concursante más polifacética de la edición, ya que es capaz de hacer todo tipo de géneros copleros con una profesionalidad increíble. Aunque para mí el polifacetismo es algo negativo (ya que dar a todos los palos, con el paso del tiempo puede generar una falta de asentamiento de un estilo propio y de empatía), hay que reconocer que hoy Natalia ha hecho una actuación que ha rozado la perfección. De los ocho programas que llegamos, esta ha sido la actuación mejor vendida de la edición, ya que Natalia ha proyectado perfectamente un triple proceso de interacción: interacción con el público de casa (comiéndose la cámara, la cual ha hecho unos planos de diva sobre la concursantes); interacción con el público de plató (dirigiendo su mirada al público, al jurado, a los compañeros); e interacción escénica y metamusical (con el bailarín). Se nota que se ha metido de lleno en el tema, lo ha vivido y ha sabido mantener la intriga lírica y narrativa con una profesionalidad increíble. Yo por lo menos, no he podido despegarme de la pantalla, ya que me dejaba asombrado con todos los giros que hacía, los matices y la manera de colorear cada reiteración de tal forma que un tema con frases que se repiten mucho, cada vez sonaba de una manera diferente. Natalia brilla en los altos (es una concursante que necesita los agudos para poder darlo todo), pero hoy ha sabido llevar los graves bastante bien y sonando de una manera agradable. Por eso creo que debería trabajarlos porque hoy ha demostrado que puede resultar muy estética en las partes bajas. Excelente puesta en escena. Tan metida estaba que los fallos en la letra no se han notado. Es una lástima la falta de un sello propio y original. Temo que tanto ir de flor en flor (de un registro a otro) la convierta en la típica concursante desapercibida. Hoy sí voy a ser objetivo y le doy el 9.
Sonia: El cordón de mi corpiño
Sonia es una concursante muy correcta y elegante, muy “piqueriana”. En ocasiones, tanta corrección académica se puede volver en tu contra en temas tan cómicos, picarescos y lúdicos como este. Es verdad que esta noche, a Sonia le ha faltado dar la explosión lírica (como ha hecho en otras semanas). Aunque sea un tema cómico y ligero, tiene una disposición dramática, y por tanto, se puede llegar a alcanzar el clímax del tema. Yo creo que Sonia no lo ha llegado a alcanzar del todo (había “algo” que le impedía soltarse del todo, quizá su excesiva corrección) pero sí se ha acercado mucho y ha demostrado que está capacitada para llevar temas de este registro. Por eso, pido desde aquí que de vez en cuando le den canciones así, ya que con práctica puede ofrecernos grandes momentos. Hoy ha estado pícara, juguetona, aterciopelada, sensual, alegre, demostrando una actitud muy correcta ante las circunstancias. Un producto muy entrañable con clichés muy coloquiales y populares que hasta ahora nunca había visto de esta mujer. Es verdad que en la segunda estrofa ha perdido algo de frescura y sorpresa y a lo mejor no ha estado tan efusiva y radiante, pero la calidad sigue estando. Un 7,5.
Sergio: El emigrante
Yo creo que esta noche Sergio ha tenido luces y sombras. Lo mejor de su actuación ha sido sin duda la creatividad y la innovación que le ha dado a este tema. Ha hecho una versión muy personal del tema. Lo fácil hubiera sido mimetizar al gran Juanito Valderrama, pero Juanito Valderrama sólo hay uno y ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Por eso, valoro positivamente que Sergio haya optado por hacer suyo el tema desde cero, adhiriendo su timbre con unos matices de voz rota muy interesantes y unos colores muy peculiares. Es verdad que con el paso del tiempo se ha hecho un pelín empalagoso el producto con tanto ornato, ya que se ha decorado y coloreado demasiado algunos finales. Estos excesos estéticos junto a una lentitud en la velocidad de dicción han hecho que la interpretación del producto haya quedado mal enfocada. Por eso, a nivel artístico sí me ha gustado mucho, pero a nivel dramático creo que no se ha resuelto nada bien. Me ha dado la impresión de que Sergio cantaba hacia dentro, para sí (de manera muy intimista), pero no hacia fuera, hacia el público, hacia el plató. Por eso, las dos terceras partes han quedado algo frías, como dentro de una coraza. La introspección a nivel personal sí se ha conseguido. Lo que ha faltado es direccionarla al receptor, ya que ha faltado cierta dulzura, cierto calor, cierta cercanía, cierta sintonía. Ese final con cierta alegría de vivir, sí me ha gustado más y ha salvado la actuación del suspenso a nivel dramático. A nivel vocal y escénico no ha estado mal (ha habido algunos fallos técnicos y ciertos movimientos que empastaba de manera poco coherente a la dinámica del tema) pero en general, ha estado correcto. Lo de la interpretación ha sido lo que ha hecho pupa a la nota. Un 5,5.
Coral: No me llames Dolores
Esta canción posee un compás dificilísimo, y en general, Coral lo ha hecho bastante bien sin fallos notorios, lo cual me alegra mucho, ya que es un hueso duro de roer una canción así. Esta canción la cantó Yohana la noche de su expulsión y precisamente los fallos dramáticos que cometió ella, no los ha cometido Coral. De hecho, Coral ha sido la antítesis de Yohana. Se ha mantenido juguetona, coqueta, alegre, picarona, con gracia, con salero, dinamizando muy bien el proceso de recepción. En este caso, la aparatosa puesta en escena (coreografía) hay que reconocer que le iba bien al tema, y por eso, creo que ha hecho Coral muy bien en usar sus mejores armas, y eso ha dado mucha efectividad y espectáculo, aunque también es verdad que ha sido poco sorprendente, ya que sabemos de sobra que Coral temas como estos los resuelve muy bien. Ha faltado cierta evolución en el tema, ya que en la segunda parte no hubiera venido mal algún tipo de giro innovador, diferenciador que le hubiera dado un toque distintivo y que hubiera servido para marcar el paso de una estrofa a otra. La actitud ha estado perfecta, con una expresión corporal muy vistosa y funcionalista (cada movimiento tenía su porqué dentro del tema). Yo creo que Coral debería indagar en registros más trascendentales, ya que en su primera actuación (el reto) ha demostrado muchísimas capacidades (a mí me ha sorprendido). Esta segunda actuación ha sido un poco más de lo mismo (a pesar de la calidad). Es lo que ha hecho siempre. Por eso le doy un 6,5, para que no se estanque.
Coral del equipo de María Rubí: Amigo Amor (María Rubí y José Mora)
Ha sido una actuación correcta. La compenetración ha venido más bien por la esfera de lo corporal (miradas, gestos de complicidad, roces, contactos físicos) que por la esfera de lo vocal (el empaste entre las dos voces). Por eso, ha habido química, pero sólo en un plano. A nivel interpretativo estamos ante un tema descriptivo y metafórico, el cual, no permite tanto lucimiento (aunque parezca que tenga) ya que es una sucesión de imágenes muy ricas literariamente, pero poco aprovechables a nivel vocal. Por eso, es normal que poco a poco hayan ido perdiendo fuerza y no hayan captado al 100% la atención del tema. La música se comía a las dos voces y no sé si había algún problema de sonido, pero no se escuchaba de manera efectiva. La primera parte sí ha resultado muy viva y entre los dos han dado mucha fuerza y dinamización, pero poco a poco se han ido apagando hasta poner el modo “piloto automático” y llegar a aburrir un poco al final. Actuación correcta pero irregular. Un 5,5.
Coral del equipo de Juan Jumilla: Esclavo de tu amor (Juan Jumilla y Verónica)
Técnicamente ha sido una actuación muy correcta (en afinación, tempo), con un empaste más o menos armónico (no es que fuera lo mejor de lo mejor, pero al menos, más estético que en el dueto anterior). Donde yo no he visto sintonía ninguna es en la pareja, ya que Verónica estaba demasiado estática, muy poco metida en la interpretación. Aunque a nivel externo han proyectado gestos, expresiones faciales y movimientos coherentes, se nota que estaban muy forzados y Verónica no los usaba de manera espontánea. La dinamización no ha sido mala pero podía haberse aprovechado muchísimo más. Creo que ha sido un dúo algo apagado, algo frío. Individualmente (por separado) han cumplido, pero a la hora de la fusión faltaba algo, faltaba sentimiento, faltaba pasión, faltaba meterse en el papel de una manera más visceral (como hacía Marifé o Rocío Jurado). Un 5.
Coral del equipo de Olga: Se nos rompió el amor (Olga y Sergio).
La mejor coral de las tres con diferencia. Ha sido un dueto muy equilibrado ya que empastaban en voz (quedando muy bonito en las partes donde cantaban los dos) pero también en interpretación. En este caso, el enfoque dramático tenía que ser diferente al de los dúos anteriores, ya que había que demostrar que entre ellos ya no había amor (y creo que lo han conseguido). Aunque pueda parecer más fácil, no lo es en absoluto. He visto muchísima garra, muchísima fuerza, muchísimo poderío vocal por parte de Olga, poniendo los pelos de punta en cada una de las frases. Es un ejemplo de cómo una voz aguda puede perfectamente compenetrarse con una buena proyección lírica. Hay cantantes que este tema tienden a gritarlo, pero de una manera vacía y desnuda, sin emoción. En cambio, Olga ha estado alto, pero ha interpretado y se ha peleado con el tema de manera brillante. Le doy la enhorabuena. Sergio daba pinceladas más intimistas, más recogidas con quiebros y giros más personales e innovadores. Por eso, ha sido un producto que combinaba la tradición con la innovación, una buena técnica vocal y dramática con una puesta en escena brutal. Le doy un 8,5.
Reto final: José VS Antonio: Lola la Piconera
José: No ha sido una buena actuación. Ha habido muchos desajustes tonales, algunas desafinaciones y se notaba que técnicamente, José no estaba cómodo, ya que ha cometido fallos que normalmente no comete. Me imagino que será fruto de los nervios o del poco trabajo y ensayo que ponen en los retos, ya que José no es así. A nivel dramático, le ha dado al principio de la segunda estrofa (“a los que sufren mal de amores…”) un enfoque demasiado dramático, con unos ojos con lágrimas que no pegaban nada. Ese tipo de matices resultan poco coherentes. Por supuesto, que en un tema ligero se puede (si la letra lo indica a ello) meter alguna cosita más seria, pero no de esa manera tan excesiva y rígida. Luego en el estribillo, José sí ha sonreído y ha direccionado bien el tema, pero creando un contraste poco acertado. Por tanto, ha quedado muy teatralizado, muy forzado. Había inseguridades, nervios, una puesta en escena poco acertada, una expresión corporal en poca sintonía con el contenido. Demasiado improvisado para mi gusto. Un 4,5.
Antonio: Ha tenido más fallos que su rival (ya no sólo en técnica vocal sino en letra). Aunque ha estado menos nervioso e inseguro que su rival, Antonio ha vuelto a enviciar su voz (mediante engolamientos) y su interpretación, creando una versión esperpéntica y sobrecargada, llena de detalles poco estéticos que ensucian el proceso de dramatización (mediante movimientos, quiebros, gestos muy exagerados y bruscos). Está claro que sobrecargando el tema de esa manera, el receptor se ve incapaz de entenderlo, ya que el ornato en exceso acaba jugando en tu contra. Antonio lo ha intentado cantar como si fuera una mujer (su voz estaba tremendamente enviciada y forzada) y por eso ha quedado tan mal. Aunque el tema queda mejor en una mujer, es un error muy grande intentar feminizar la voz, ya que al final acabas creando un contrafactum y una parodia, rompiendo la historia y el sentido del tema. Una actuación poco afortunada. Lo siento, pero le doy un 4.
Reto inicial: Coral VS Laura: Trece de mayo
Coral: Esta es la Coral que a mí me gusta. Yo creo que ha sido su mejor actuación en lo que llevamos de concurso. Me ha sorprendido verla en un registro tan dramático como este, ya que ver a una niña de 15 años asumiendo el rol de una mujer sumisa, es un reto complicado pues se necesitan muchísimas experiencias vitales para poder hacerlo con cierta credibilidad. Sin embargo, Coral lo ha resuelto francamente bien, con una actitud muy madura, desmenuzando el tema e impregnando cada fragmento de las sensaciones, emociones y sentimientos que se requerían, dándole el toque perfecto. Por eso, cada frase se ha focalizada de manera diferente dando lugar a matices muy variados (de alegría, de enamoramiento, de sumisión, de preocupación, etc…) armonizándolas con su timbre. Por primera vez ha sido capaz de interpretar el tema sin abusar de la puesta en escena, estando sobria, recogida en los momentos precisos y sabiéndolo contar de una manera muy efectiva. Ella ha hecho un esfuerzo enorme por creérselo y a mí me ha sorprendido la soltura y la naturalidad con la que ha entendido este tema. Le doy un 8.
Laura: Aunque la actuación no ha sido mala, es verdad que tenía una rival muy dura. El resultado ha sido un producto correcto, pero no tan redondo y completo como el de Coral. No ha indagado en tantos matices ni ha sabido modelar el tema para exprimirlo al máximo en sus patrones dramáticos (que los tiene). De un tema como este se puede hacer un análisis muy complejo del yo lírico protagonista. Ha faltado compenetración, gancho, emoción con el contenido. Vocalmente ha estado correcta (con algún descontrol esporádico) y una puesta en escena muy válida. Se ha esforzado por hacer uso de una expresión corporal correcta, pero sin llegar a la genialidad de su rival. El timbre tan caliente y coplero le ha ayudado mucho, pero también es verdad que le faltaba seguridad, aplomo. No se ha soltado del todo y estaba como atada vocalmente (con cierto miedo a explotar del todo y desnudar sus emociones). Eso ha hecho que la actuación sea válida (dramáticamente hablando) pero no tan profunda. Un 6,5.
Raquel: La loba
La verdad es que Raquel tenía una misión bastante complicada esta noche con un temazo con el que pueden pasar dos cosas: o sales más reforzada y te consagras definitivamente como posible ganadora, o la pifias estrepitosamente quedando como una mancha negra en tu expediente. Yo creo que ha sido más lo primero que lo segundo, aunque para mí no ha sido una actuación tan perfecta. Raquel ha cohesionado su actuación a partir de dos focos de fuerza: la voz (indudablemente) y la mirada, lo cual ha generado una actitud y un aire muy enérgico y de garra. Yo mirando a Raquel podía ver a un personaje muy bien creado, muy bien intencionado, muy bien colocado en la dramática del tema. Quizá ha faltado potenciar más el resto del cuerpo (los brazos, las manos, el tronco) y ponerlo en armonía con la voz y la mirada, y escénicamente todo ha quedado un pelín vacío. Raquel ha puesto los matices vocales correctos, los ha proyectado en su mirar, pero no ha tenido repercusión en la puesta en escena. Ella ha llegado al núcleo de la canción de una manera provocada artificialmente, como obligada. No ha salido al 100% del corazón. La actriz se ha acabado sobreponiendo a la cantante. Para meterte de lleno y fusionarte perfectamente con la canción, actriz y cantante tienen que estar a la par, y en este caso quizá la actriz (de tanto querer llegar a lo esencial del tema) ha acabado excediéndose y haciendo un sobreesfuerzo, quedando todo poco natural. Técnicamente ha habido alguna cosita (pequeñas desafinaciones, algún alargamiento poco acertado), y ha faltado la parte recitada del principio. La gradación de las intensidades ha quedado perfecta, creando una atmósfera que te dejaba embobado. En ese sentido, se nota que Raquel se ha esforzado por entender el tema y sacar todo lo que tenía dentro. El proceso utilizado quizá haya pecado de sobrecargado y de falta de espontaneidad lírica, pero no se puede pretender que todo el mundo sienta todos los temas (habrá veces que hay que forzar la máquina, aunque no resulte puro del todo). Lo importante es que el resultado ha sido muy bueno, y por eso le pongo un 8.
Verónica: Vendedora de coplas
Me ha encantado la puesta en escena de Verónica y la manera de proyectar su mirada, sus gestos, el movimiento del abanico. Ha cumplido las directrices de todo pasodoble: ha bailado bien, se ha movido bien, ha estado convincente, creyéndoselo, con una actitud muy señorial. Para saber vender una cosa, primero hay que creérselo a uno mismo y demostrar con tu voz y tu cuerpo que eres capaz de persuadir, de convencer, de mostrar cierta planta, de dar cierta imagen. Se trata de una copla donde un porcentaje muy alto del éxito radica en una buena actitud. Yo oyendo a Verónica en las estrofas, me la estaba creyendo, la veía muy bien metida en su papel de vendedora, y a mí me hubiera vendido esa copla. Por eso valoro positivamente que Verónica haya utilizado técnicas retóricas (guiños de ojos, clichés de tinte divulgador, algún giro más popular, movimientos con los dedos). Las ha fusionado muy bien con la expresión corporal sin caer tampoco en el mal gusto (que es muy fácil hacerlo cuando cantas un tema así). En el estribillo la he visto más relajada, sin exprimir tanto esa actitud. Ahí se ha quedado un poco corta y faltaba más vidilla escénica. En algunos momentos iniciales se notaba muy agitada en las respiraciones. Una lástima esto, ya que ha irregularizado un poco el ritmo dramático. Después de unas estrofas tan trabajadas, tan estilizadas y tan mimadas, daba coraje oír unos estribillos tan mimetizados (que eran mera ejecución vocal sin tanta elaboración personal). Una lástima. Le doy un 6,5.
Antonio: Mi vida personal
El problema de Antonio más que de aptitud es de actitud. La copla, como todo género musical, requiere una capacidad de transmisión y para que el proceso de transmisión resulte cómodo y agradable para los oídos, es indispensable que el timbre y la pose natural del que canta prevalezcan por encima de todo lo demás. Yo creo que Antonio no confía ni en su voz ni en su puesta en escena, ya que continuamente está modificando, desvirtuando su naturalidad. En lugar de dejarse llevar por el sentido común, por la espontaneidad lírica, por el corazón (por lo que él puede sentir), convierte la canción en un objeto de orfebrería, proyectando una voz que no es la suya y haciendo uso de unos recursos corporales, cinésicos y paralingüísticos de una manera caótica y caprichosa sin importar la armonía que puede tener en el tema. Eso hace que la interpretación de esta noche haya sido muy amanerada, muy estirada, muy forzada, poco creíble, muy artificiosa, muy postiza. La intención es buena (dramáticamente hablando) pero el resultado (en este caso, traduciendo en actitudes de garra, fuerza, dureza) no se consiguen de una manera natural y creíble. Se nota que el chico no siente el pellizquito y como no está satisfecho del todo, sustituye lo lírico por el ornato y al final se llegan a los núcleos dramáticos de una manera algo brusca y visceral. Esta noche, al exagerar al máximo la voz y la expresión corporal, parecía una parodia (producto humorístico) en lugar de una versión “normalizada” de este tema. Ha conseguido transmitir dureza y fuerza, pero de una manera inestable y dudosa (mediante un contrafactum). Ha faltado fijar un patrón dramático claro, sin ordenación alguna. Algunas veces parecía triste, otras veces enfadado, pero sin mojarse realmente, sin llegar a profundizar en esos matices. Ha falta ordenar dramáticamente las emociones del tema, dosificarlas y distribuirlas con el contenido de la letra. Ha habido un exceso de movimiento y muchísimo descontrol vocal. Ha sido un desastre. Para trabajar de una manera cómoda, la voz y el cuerpo tienen que estar en una posición cómoda (es igual que si para hacer gimnasia me pongo un traje de gala: el traje me impedirá hacer determinados movimientos). Como se fuerce demasiado, al final ni el artista se siente cómodo ni el espectador. Le doy un 4.
Lucía: Compañero
Hoy he visto a Lucía muy flojita. Los ojos estaban demasiado cerrados. Debería mantener la mirada a la cámara e interpretar con ellos. Una buena mirada ayuda muchísimo y crea un efecto de resonancia imprescindible. Hoy la he visto poco cómoda. Esta chica tiene un vicio importante que debería corregir: cuando no está segura de lo que hace (de la letra del tema, por ejemplo), envicia su dicción, bajando la voz (para que el espectador no se dé cuenta del error y éste se crea que por el efecto “ornato” no lo entiende) y sube el tono (haciendo ver que derrochando voz, se es buena cantante). Los dos errores son garrafales. El primero, porque desconecta al receptor del tema (al no entender el contenido, el mundo literario de la copla se rompe). El segundo porque afea la interpretación y quita matices (subir la voz es bueno en determinados momentos, pero no siempre, ya que una voz alta no permite lucir ciertas cosas que sí permite un grave). Hoy es verdad que la he visto con más garra, con más actitud e interpretativamente ha estado muy bien colocada en el registro y en el contexto. En ese sentido, ha cumplido con lo que se pedía. Sin embargo, la he visto muy lineal, ya que Lucía ha estado haciendo uso de las mismas herramientas y recursos desde el principio, hasta el final. En lugar de ir calentando el tema, buscando el efecto sorpresa y dosificando sus colores, ha optado por “vomitarlos” todos al principio y mantenerlos todo el rato, sin variar ni coquetear con las posibilidades vocales del tema. Por eso, con el paso del tiempo se ha ido desinflando. De hecho, la segunda parte del tema (segunda estrofa y estribillo) se ha ejecutado de manera casi idéntica. Un 5,5.
José Mora: Silencio por un torero
Hoy José sí ha estado muy acertado en la interpretación del tema. Por primera vez, lo he visto muy bien recogido, muy sobrio, muy contenido, sin sobrecargar la voz, con mucha nitidez, con mucha limpieza, creando un contexto muy intimista, armonizando el susurro, con el llanto y sin altisonarlo. Cuando al principio José decía que cantaba un tema como este, yo no estaba muy convencido: me temía un destrozo terrible, ya que José tiende a sobreactuar, a dramatizar en exceso, a llegar continuamente a un llanto elevado. Sin embargo, esta vez ha optado por tomárselo con calma, pasear el tema con mucha introspección, con mucha delicadeza, hacia dentro en las partes más íntimas y hacia fuera en las más descriptivas. Es verdad que al inicio vocalmente ha estad un poco dubitativo, con algún temblor e inestabilidad en la voz, pero inmediatamente se ha colocado de una manera cómoda y ha sabido saborear y empastar el tema tal como pedía una canción tan intimista como este. Hoy lo he visto muy elegante, muy natural, muy creíble, muy innovador (con sus giritos flamencos pero sin abusar). Por primera vez, ha dejado la visceralidad y la altisonancia de lado (sin ese componente lacrimógeno) y el resultado ha sido un producto muy notable y muy bien vendido. A mí me ha gustado mucho y por eso le doy un 7,5. Esta es la línea que debe tomar José.
Natalia: En el último minuto
No hay duda de que Natalia es la concursante más polifacética de la edición, ya que es capaz de hacer todo tipo de géneros copleros con una profesionalidad increíble. Aunque para mí el polifacetismo es algo negativo (ya que dar a todos los palos, con el paso del tiempo puede generar una falta de asentamiento de un estilo propio y de empatía), hay que reconocer que hoy Natalia ha hecho una actuación que ha rozado la perfección. De los ocho programas que llegamos, esta ha sido la actuación mejor vendida de la edición, ya que Natalia ha proyectado perfectamente un triple proceso de interacción: interacción con el público de casa (comiéndose la cámara, la cual ha hecho unos planos de diva sobre la concursantes); interacción con el público de plató (dirigiendo su mirada al público, al jurado, a los compañeros); e interacción escénica y metamusical (con el bailarín). Se nota que se ha metido de lleno en el tema, lo ha vivido y ha sabido mantener la intriga lírica y narrativa con una profesionalidad increíble. Yo por lo menos, no he podido despegarme de la pantalla, ya que me dejaba asombrado con todos los giros que hacía, los matices y la manera de colorear cada reiteración de tal forma que un tema con frases que se repiten mucho, cada vez sonaba de una manera diferente. Natalia brilla en los altos (es una concursante que necesita los agudos para poder darlo todo), pero hoy ha sabido llevar los graves bastante bien y sonando de una manera agradable. Por eso creo que debería trabajarlos porque hoy ha demostrado que puede resultar muy estética en las partes bajas. Excelente puesta en escena. Tan metida estaba que los fallos en la letra no se han notado. Es una lástima la falta de un sello propio y original. Temo que tanto ir de flor en flor (de un registro a otro) la convierta en la típica concursante desapercibida. Hoy sí voy a ser objetivo y le doy el 9.
Sonia: El cordón de mi corpiño
Sonia es una concursante muy correcta y elegante, muy “piqueriana”. En ocasiones, tanta corrección académica se puede volver en tu contra en temas tan cómicos, picarescos y lúdicos como este. Es verdad que esta noche, a Sonia le ha faltado dar la explosión lírica (como ha hecho en otras semanas). Aunque sea un tema cómico y ligero, tiene una disposición dramática, y por tanto, se puede llegar a alcanzar el clímax del tema. Yo creo que Sonia no lo ha llegado a alcanzar del todo (había “algo” que le impedía soltarse del todo, quizá su excesiva corrección) pero sí se ha acercado mucho y ha demostrado que está capacitada para llevar temas de este registro. Por eso, pido desde aquí que de vez en cuando le den canciones así, ya que con práctica puede ofrecernos grandes momentos. Hoy ha estado pícara, juguetona, aterciopelada, sensual, alegre, demostrando una actitud muy correcta ante las circunstancias. Un producto muy entrañable con clichés muy coloquiales y populares que hasta ahora nunca había visto de esta mujer. Es verdad que en la segunda estrofa ha perdido algo de frescura y sorpresa y a lo mejor no ha estado tan efusiva y radiante, pero la calidad sigue estando. Un 7,5.
Sergio: El emigrante
Yo creo que esta noche Sergio ha tenido luces y sombras. Lo mejor de su actuación ha sido sin duda la creatividad y la innovación que le ha dado a este tema. Ha hecho una versión muy personal del tema. Lo fácil hubiera sido mimetizar al gran Juanito Valderrama, pero Juanito Valderrama sólo hay uno y ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Por eso, valoro positivamente que Sergio haya optado por hacer suyo el tema desde cero, adhiriendo su timbre con unos matices de voz rota muy interesantes y unos colores muy peculiares. Es verdad que con el paso del tiempo se ha hecho un pelín empalagoso el producto con tanto ornato, ya que se ha decorado y coloreado demasiado algunos finales. Estos excesos estéticos junto a una lentitud en la velocidad de dicción han hecho que la interpretación del producto haya quedado mal enfocada. Por eso, a nivel artístico sí me ha gustado mucho, pero a nivel dramático creo que no se ha resuelto nada bien. Me ha dado la impresión de que Sergio cantaba hacia dentro, para sí (de manera muy intimista), pero no hacia fuera, hacia el público, hacia el plató. Por eso, las dos terceras partes han quedado algo frías, como dentro de una coraza. La introspección a nivel personal sí se ha conseguido. Lo que ha faltado es direccionarla al receptor, ya que ha faltado cierta dulzura, cierto calor, cierta cercanía, cierta sintonía. Ese final con cierta alegría de vivir, sí me ha gustado más y ha salvado la actuación del suspenso a nivel dramático. A nivel vocal y escénico no ha estado mal (ha habido algunos fallos técnicos y ciertos movimientos que empastaba de manera poco coherente a la dinámica del tema) pero en general, ha estado correcto. Lo de la interpretación ha sido lo que ha hecho pupa a la nota. Un 5,5.
Coral: No me llames Dolores
Esta canción posee un compás dificilísimo, y en general, Coral lo ha hecho bastante bien sin fallos notorios, lo cual me alegra mucho, ya que es un hueso duro de roer una canción así. Esta canción la cantó Yohana la noche de su expulsión y precisamente los fallos dramáticos que cometió ella, no los ha cometido Coral. De hecho, Coral ha sido la antítesis de Yohana. Se ha mantenido juguetona, coqueta, alegre, picarona, con gracia, con salero, dinamizando muy bien el proceso de recepción. En este caso, la aparatosa puesta en escena (coreografía) hay que reconocer que le iba bien al tema, y por eso, creo que ha hecho Coral muy bien en usar sus mejores armas, y eso ha dado mucha efectividad y espectáculo, aunque también es verdad que ha sido poco sorprendente, ya que sabemos de sobra que Coral temas como estos los resuelve muy bien. Ha faltado cierta evolución en el tema, ya que en la segunda parte no hubiera venido mal algún tipo de giro innovador, diferenciador que le hubiera dado un toque distintivo y que hubiera servido para marcar el paso de una estrofa a otra. La actitud ha estado perfecta, con una expresión corporal muy vistosa y funcionalista (cada movimiento tenía su porqué dentro del tema). Yo creo que Coral debería indagar en registros más trascendentales, ya que en su primera actuación (el reto) ha demostrado muchísimas capacidades (a mí me ha sorprendido). Esta segunda actuación ha sido un poco más de lo mismo (a pesar de la calidad). Es lo que ha hecho siempre. Por eso le doy un 6,5, para que no se estanque.
Coral del equipo de María Rubí: Amigo Amor (María Rubí y José Mora)
Ha sido una actuación correcta. La compenetración ha venido más bien por la esfera de lo corporal (miradas, gestos de complicidad, roces, contactos físicos) que por la esfera de lo vocal (el empaste entre las dos voces). Por eso, ha habido química, pero sólo en un plano. A nivel interpretativo estamos ante un tema descriptivo y metafórico, el cual, no permite tanto lucimiento (aunque parezca que tenga) ya que es una sucesión de imágenes muy ricas literariamente, pero poco aprovechables a nivel vocal. Por eso, es normal que poco a poco hayan ido perdiendo fuerza y no hayan captado al 100% la atención del tema. La música se comía a las dos voces y no sé si había algún problema de sonido, pero no se escuchaba de manera efectiva. La primera parte sí ha resultado muy viva y entre los dos han dado mucha fuerza y dinamización, pero poco a poco se han ido apagando hasta poner el modo “piloto automático” y llegar a aburrir un poco al final. Actuación correcta pero irregular. Un 5,5.
Coral del equipo de Juan Jumilla: Esclavo de tu amor (Juan Jumilla y Verónica)
Técnicamente ha sido una actuación muy correcta (en afinación, tempo), con un empaste más o menos armónico (no es que fuera lo mejor de lo mejor, pero al menos, más estético que en el dueto anterior). Donde yo no he visto sintonía ninguna es en la pareja, ya que Verónica estaba demasiado estática, muy poco metida en la interpretación. Aunque a nivel externo han proyectado gestos, expresiones faciales y movimientos coherentes, se nota que estaban muy forzados y Verónica no los usaba de manera espontánea. La dinamización no ha sido mala pero podía haberse aprovechado muchísimo más. Creo que ha sido un dúo algo apagado, algo frío. Individualmente (por separado) han cumplido, pero a la hora de la fusión faltaba algo, faltaba sentimiento, faltaba pasión, faltaba meterse en el papel de una manera más visceral (como hacía Marifé o Rocío Jurado). Un 5.
Coral del equipo de Olga: Se nos rompió el amor (Olga y Sergio).
La mejor coral de las tres con diferencia. Ha sido un dueto muy equilibrado ya que empastaban en voz (quedando muy bonito en las partes donde cantaban los dos) pero también en interpretación. En este caso, el enfoque dramático tenía que ser diferente al de los dúos anteriores, ya que había que demostrar que entre ellos ya no había amor (y creo que lo han conseguido). Aunque pueda parecer más fácil, no lo es en absoluto. He visto muchísima garra, muchísima fuerza, muchísimo poderío vocal por parte de Olga, poniendo los pelos de punta en cada una de las frases. Es un ejemplo de cómo una voz aguda puede perfectamente compenetrarse con una buena proyección lírica. Hay cantantes que este tema tienden a gritarlo, pero de una manera vacía y desnuda, sin emoción. En cambio, Olga ha estado alto, pero ha interpretado y se ha peleado con el tema de manera brillante. Le doy la enhorabuena. Sergio daba pinceladas más intimistas, más recogidas con quiebros y giros más personales e innovadores. Por eso, ha sido un producto que combinaba la tradición con la innovación, una buena técnica vocal y dramática con una puesta en escena brutal. Le doy un 8,5.
Reto final: José VS Antonio: Lola la Piconera
José: No ha sido una buena actuación. Ha habido muchos desajustes tonales, algunas desafinaciones y se notaba que técnicamente, José no estaba cómodo, ya que ha cometido fallos que normalmente no comete. Me imagino que será fruto de los nervios o del poco trabajo y ensayo que ponen en los retos, ya que José no es así. A nivel dramático, le ha dado al principio de la segunda estrofa (“a los que sufren mal de amores…”) un enfoque demasiado dramático, con unos ojos con lágrimas que no pegaban nada. Ese tipo de matices resultan poco coherentes. Por supuesto, que en un tema ligero se puede (si la letra lo indica a ello) meter alguna cosita más seria, pero no de esa manera tan excesiva y rígida. Luego en el estribillo, José sí ha sonreído y ha direccionado bien el tema, pero creando un contraste poco acertado. Por tanto, ha quedado muy teatralizado, muy forzado. Había inseguridades, nervios, una puesta en escena poco acertada, una expresión corporal en poca sintonía con el contenido. Demasiado improvisado para mi gusto. Un 4,5.
Antonio: Ha tenido más fallos que su rival (ya no sólo en técnica vocal sino en letra). Aunque ha estado menos nervioso e inseguro que su rival, Antonio ha vuelto a enviciar su voz (mediante engolamientos) y su interpretación, creando una versión esperpéntica y sobrecargada, llena de detalles poco estéticos que ensucian el proceso de dramatización (mediante movimientos, quiebros, gestos muy exagerados y bruscos). Está claro que sobrecargando el tema de esa manera, el receptor se ve incapaz de entenderlo, ya que el ornato en exceso acaba jugando en tu contra. Antonio lo ha intentado cantar como si fuera una mujer (su voz estaba tremendamente enviciada y forzada) y por eso ha quedado tan mal. Aunque el tema queda mejor en una mujer, es un error muy grande intentar feminizar la voz, ya que al final acabas creando un contrafactum y una parodia, rompiendo la historia y el sentido del tema. Una actuación poco afortunada. Lo siento, pero le doy un 4.
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