A tu vera 2013: Análisis de la gala 11
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A tu vera 2013: Análisis de la gala 11
Aquí os dejo mi análisis de la gala número 11 de “A tu vera”. Voy a valorar las 9 actuaciones individuales, las tres corales y los dos retos
Reto inicial: María Jesús VS Elena: Me embrujaste
María Jesús: No hay duda de que la retante tiene uno de los timbres de voz más peculiares que hemos oído en la historia de A tu vera. Eso podría ayudar a dar un giro muy personal a las coplas ya conocidas, ya que es una voz con unos matices muy ácidos, muy agrios, muy amargos, que ayudan a crear brochazos muy coloridos a los temas, y conseguir cierta expresividad con según qué temas (como ha pasado hoy, para crear un ambiente intimista). El problema es que es a la larga puede hacerse cansada y empalagosa, ya que una vez que se pierde el efecto de sorpresa inicial, puede llegar a convertirse en una traba. Por eso, el resultado final ha sido un producto algo engolado, algo enviciado, con una pronunciación que deja que desear. En expresión corporal la he visto mejor que su rival e incluso más metida en el meollo del tema (actitudinalmente) con unos gestos, miradas y movimientos más convincentes. El problema es que al no matizar tanto la voz, su propio timbre ha quitado brillantez al tema, y encima se ha inventado media letra, con un contenido que ha quitado mucha magia y sentido a la canción. Una lástima. Si no llega a cometer esos errores podía haber obtenido una nota mejor. Un 5.
Elena: También ha tenido algún error en la letra. Ha sido un error mucho más pequeño que su rival, pero al contrario que a María Jesús (que no se inmutaba e intentaba hacer que no se notara), Elena sí reflejaba cierta preocupación en su mirada, en sus movimientos. Cuando la técnica no va bien, enseguida se refleja en Elena y eso enturbia mucho en proceso dramático. No se puede decir que ha interpretado mal, pero no ha arriesgado mucho, no ha matizado todo lo que podía matizar. Ha hecho una actuación básica (de aprobado), bien situada en el registro pero sin buscar el efectismo ni la sorpresa (sin exprimir sus herramientas de artista). Además, en expresión corporal no ha estado tan profunda como su rival. Vocalmente ha estado bien afinada, bien en tempo, en sintonía con el piano y cuando las cosas iban bien, ella se notaba con cierta seguridad. Ha cometido menos errores que su rival y la voz ha armonizado mejor con el carácter del tema. Por tanto, le pongo un 6.
Sergio: Malvaloca
Después de dos actuaciones bastante buenas se puede decir que Sergio ha encontrado una velocidad de crucero (que le puede hacer llegar a la final), pero en esta ocasión no lo he visto ni tan fino ni tan cómodo como otras veces. No obstante, el resultado sigue siendo aceptable. Hoy lo he visto un poquitín más frío con la mirada (por ejemplo, no ha mirada tanto a cámara, ni ha coqueteado como otras veces lo hace con el receptor). Los matices dramáticos los ha dejado un poquitín de lado en beneficio de los garganteos y las florituras. Ha sonado muy bonito, ha quedado muy estético, e incluso ha maquillado un poco los problemas dramáticos, pero tanto ornato ha quitado brillantez a la interpretación. Yo creo que no lo ha sentido ni apasionado tanto como las dos semanas anteriores. La puesta en escena ha quedado bien, ya que Sergio lo ha sabido vender con solvencia y tablas. Hoy ha faltado potenciar un poquitín más la atmósfera literaria de la copla, crear un flujo que nos metiera de lleno (al 100% en el tema) en lugar de quedarse en la superficie. Me ha faltado riesgo. Un 6,5.
Sonia: La flor del temperamento
En esta ocasión voy a ser un pelín exigente con Sonia. Ella es una de las mejores concursantes de la edición y creo que se le pueden pedir ciertas cosas, porque es capaz de mejorarlas y porque hasta ahora ha demostrado que tiene muchísima profesionalidad, versatilidad y calidad artística. La actuación, en conjunto, ha sido buena. Analizando objetivamente los parámetros (voz, interpretación, puesta en escena), hay que reconocer que ha cumplido lo que se le pide: ha puesto garra, fuerza, temperamento, se ha movido bien, lo ha vendido bien, está en el registro que se pide, ha afinado, ha controlado muy bien las respiraciones (en un tema tan agitado como este es muy difícil). Lo que pasa es que en esta ocasión el flujo dramático se le ha ido de las manos, y ha hecho más cosas de las que había que hacer. Para mí, el conjunto ha quedado sobreactuado en exceso. En algunas partes, los gestos, las miradas, los movimientos, los colores vocales estaban al límite, muy forzados, muy exagerados, quitando mucha naturalidad al conjunto. Cuando se sobreactúa, se pierde ese “pellizquito” que es tan necesario, no llega a poner la piel de gallina. Algunos movimientos (saltos en escena), algunos quiebros vocales estaban tan al límite, que se han acabado convirtiendo en una parodia, haciendo un “contrafactum” del tema. Algunas partes costaba asimilarlas, ya que no resultaban del todo creíbles y desvirtuaban el temperamento, convirtiendo al personaje en algo cercano al esperpento (al teatro de marionetas). Por eso, creo que Sonia tiene que medir ese flujo dramático y buscar contenerse y recogerse cuando hay que hacerlo, controlando la fuerza, ya que la fuerza en exceso pierde el carácter de fuerza. Por supuesto, esto no ha pasado en toda la canción, pero sí en determinadas partes. Por eso, a pesar de que el producto es muy bueno, le voy a poner la nota más baja que le he puesto hasta el momento: un 7.
Marceliano: Adiós España
Ha habido algunos problemas de sintonía con la orquesta (adelantándose Marceliano algunas veces). Dramáticamente ha quedado poco potente el producto debido a las carencias en expresión corporal: Marceliano no ha transmitido con la mirada, no ha gesticulado, no se ha movido. Tiene que potenciar la presencia escénica para enriquecer así sus interpretaciones. La puesta en escena ha sido prácticamente nula y eso quita mucha transmisión. Yo veo que Marceliano toma como único foco de fuerza la voz y eso, dependiendo del tema que toque, puede jugar a favor o en contra. La voz es un instrumento vocal, que hay que utilizar de manera equilibrada en dos direcciones, las cuales responden a las siguientes pretensiones:
a) Transmitir una idea, un tema, un sentimiento (el cual contiene la canción)
b) Ser agradable para los oídos (cantar bonito)
Yo creo que Marceliano confunde ambas esferas. No hay duda de que su voz suena muy agradable (ese final ha quedado precioso), pero los temas no sólo están para hacer malabarismos y demostrar qué cualidades tienes, sino también para transmitir, emocionar. Su voz es una voz muy ornamentada, pero hay que potenciarla con otras cosas para emocionar de verdad, ya que el sentimiento de nostalgia no lo he visto ni en los ojos, ni en los gestos, ni en los matices. Él matiza para quedar bonito, peor no matiz para buscar el “pellizquito”. Como ejecutor vocal de un tema ha estado correcto, pero como actor no. Me han faltado tablas, me ha faltado seguridad, presencia, capacidad de análisis. Tiene que aprender a conocer y moldear su propia voz. Por eso, solamente le puedo dar un 5,5 a pesar de que el producto haya quedado agradable.
Raquel: La de la calle Pureza
Voy a ser breve. Por segunda semana consecutiva, me ha absorbido totalmente y no he podido poner “peros” importantes (salvo alguna cosita técnica). Ha sido capaz de crear su propio espacio dramático y de ejecutar un producto potente, bien trabado y bien resuelto en todos sus aspectos. Lo vende bien, se apoya de la paralingüística y el lenguaje no verbal de una manera creíble y profesional. Cuando hay pasión, hay trabajo, hay una intención clara y mimas el tema desde el principio hasta el final, sale así de magistral. El receptor se queda embobado y se emociona, quedándose con la boca abierta. Raquel tiene una capacidad de hilvanar los temas para crear un continuum lírico extraordinario. Le pongo un 9.
José: El macetero
Técnicamente ha sido una actuación muy desafortunada. José sigue teniendo sus habituales problemas de afinación, de tono, de tempo. Por ejemplo, los alargamientos no los hace bien y pierde el control del aparato fonador, llegando a temblarle el flujo fónico. El problema de José es simplemente de falta de coordinación entre el cerebro y las cuerdas vocales. Eso con experiencia, con trabajo, con educación musical y con práctica se arregla (no es algo “terrible”). Y sobre todo, para controlar hace falta poner atención, oírte, y no ponerse nervioso. El programa ha tenido un detalle organizándole una puesta en escena tan currada, dando flores a todas las mujeres del plató. Eso le ha ayudado a perder los nervios y las inseguridades en el escenario (a sentirse como pez en el agua) pero también creo que ha jugado una mala pasada, ya que en esos momentos de interacción, la afinación ha caído bastante. Me ha faltado dulzura dramática, más sosiego, más gracia, más sensualidad. Tenía que haber sonreído más, creérselo más, ponerle desparpajo, cortesía. Realmente, el rol del personaje es bastante “añejo” y no tenía mucha dificultad para dramatizar (es un personaje tipo, muy marcado y bastante efectivo). La actitud ha mejorado algo respecto a la semana pasada, pero no ha acabado de cuajar del todo. La puesta en escena le ha ayudado bastante. El problema es que no todos los temas van a tener una puesta tan currada, y habrá veces que tu propia presencia tendrá que rellenar todo el hueco dramático. Un 5 por el esfuerzo, y por sentirse menos nervioso.
Natalia: Y ahora qué
Al igual que Raquel, Natalia ha encontrado su hueco en el programa y eso le ha permitido lucirse y brillar semana a semana. Hoy tenía un temazo de Marifé, que ha sabido proyectar de una manera brillante. En las partes más álgidas, Natalia ha estado como de costumbre, muy sentida, muy creíble, utilizando como caja de resonancia todo su cuerpo, moviéndose de una manera expresiva, contándolo con emoción, bien metida en el papel. Sin embargo, en las partes más intimistas le he visto una faceta muy elegante y piqueriana que me ha sorprendido mucho. Creo que esa línea la puede explotar en futuras actuaciones. Digo lo mismo que con Raquel: cuando una cosa se hace con esa pasión, hilvanando de principio a fin cada detalle, el espectador disfruta enormemente del programa. Versión muy personal, sin parecerse en nada a Marifé. Me alegro por ello. Le iba a poner un diez, pero al igual que con Raquel, ha habido algún final que no ha estado del todo perfecto, y por eso le pongo un 9.
Verónica: Locura de mi querer
Yo creo que Verónica ha hecho una actuación muy dicotómica: ha cantado magistralmente con el cuerpo, pero no ha explotado todo lo que podía haber explotado la voz. Los gestos y las miradas resultaban muy expresivas, muy sugestivas, estaban cargadas de lirismo, de densidad dramática. Viendo los ojos de Verónica la he visto metida de lleno en el papel, como una gran actriz de la copla. El temperamento se dibujaba en su rostro, en la manera de moverse, muy controlada, sin exageraciones. Sin embargo, a nivel vocal no me ha llenado del todo. Me ha faltado fuerza, poderío, intensidad. La voz de Verónica posee unos graves extraordinarios, pero a la hora de subir no tiene ese abanico que tienen otras, y por eso, en un tema como este, todo ha quedado un poquitín light. Ha habido algunos fragmentitos algo dubitativos, donde la fluidez dramática se tambaleaba (aunque sin perderse del todo). Eso quita matices a la canción. Como actriz me ha gustado, pero como cantante no ha fusionado la voz con su cuerpo. Ha faltado coherencia, redondear el producto, hilarlo más fino. Una lástima. Le doy un 6,5.
Sandra: La emperaora
Es verdad que Sandra no posee una voz muy potente, pero también hay que reconocer que la sabe explotar bastante bien y conoce cuáles son sus límites. Ha ido de menos a más. Al principio la he visto un pelín fría y dubitativa, pero poco a poco ha empezado a calentarse y a meterse de lleno en el personaje, consiguiendo una credibilidad muy buena. La interpretación ha resultado muy fina, muy elegante, muy bien controlada, buscando cierta contención, pero creyéndoselo (sin necesidad de exagerarlo). Yo creo que ha dado con la tecla a la hora de configurar su personaje, de buscar su punto de cocción. Es verdad que falta maduración, tanto en detalles vocales como a la hora de depurar ciertos gestos y miradas. En conjunto me ha gustado. Podía haber arriesgado un poco más en detalles, para llegar a la excelencia, pero para ser su segundo programa lo ha hecho francamente bien y ha resultado muy verosímil. Y técnicamente la he visto muy correcta. Un 7.
Elena: La canción del olé.
Es evidente que Elena ha hecho su mejor actuación de programa. Me ha parecido excesivo darle tantos dieces (ya que hay muchas cosas que pulir), pero hay que reconocer que hoy sí ha estado radiante en el escenario. Tener un tema divertido como este, puede generar ciertas dificultades para gente tan tímida como Elena. Al principio la he visto muy estática, con poco movimiento, pero al igual que Sandra ha ido de menos a más, y al final ha conseguido proyectar una puesta en escena bastante potente, sin que le afectara al plano vocal. Ha habido de vez en cuando alguna cosita técnica, pero muy leve, y eso hoy no lo voy a tener muy en cuenta, ya que la interpretación ha sido muy clara y precisa. Por fin la he visto contenta, sonriendo, mirando a cámara, sin vergüenza a la hora de moverse, con gestos y miradas muy pícaras, muy graciosas, con cierta chulería (como requería el tema). Hoy la he visto muy suelta, sin tantos nervios. Se nota que ella se lo estaba creyendo y se sentía cómoda. Cuando una persona está cómoda en el escenario, el receptor también se percata y se crea un ambiente entrañable. Por fin no he sufrido con Elena y me lo he pasado bien. Ha sabido dinamizar muy bien la canción, aportando gracia y desparpajo natural. Hay cosas que se pueden mejorar, pero el salto ha sido asombroso. Un 8.
Coral de Jumilla: Embrujá por tu querer
Por fin puedo decir que Jumilla ha hecho una coral en la que ha asumido ciertos riesgos. Me ha encantado la teatralización y el montaje dramático que se ha hecho entre Juan y las dos chicas (Verónica y Sandra). Las voces empastaban bien, se ha generado muy buen gancho vocal (a lo mejor hubiera estado bien potenciar más la interacción física entre los componentes, para que lo vocal se compenetrara de todo con lo corporal). Los tres miembros estaban perfectamente metidos en su rol. Han cantado con gracia, con guasa, divirtiéndose y creando un ambiente carismático muy bueno. Ha habido algunos fallitos técnicos (subsanados por la orquesta) y me han faltado la presencia de más partes donde cantaran todos juntos. La mejor coral de Jumilla en lo que va de programa. Un 7,5.
Coral de María Rubí: La copla en nuestra voz
Las partes en conjunto han quedado muy bien empastadas. Sonaban muy bonitas y se notaba el espíritu de equipo. Daba gusto ver fluir (vocalmente) el tema: se entendía bien, estaban compenetrados, han hecho garganteos muy estéticos (y significativos). Sin embargo, las aportaciones individuales han sido muy irregulares, y algunas partes han ensuciado un poco el resultado final. María ha acabado “eclipsando” al resto de componentes, ya que ella ha demostrado todo su poderío. Sonia ha estado demasiado sobreactuada (en temas ligeros como estos, hay que tener cuidado). Raquel, ha estado muy bien en su segunda intervención. José no pegaba mucho en los matices vocales, pero técnicamente lo he visto mejor que en su canción individual. Por tanto, a nivel grupal, ha sido una delicia, pero el resultado ha quedado un pelín irregular por todo eso que os digo. Un 6,5.
Coral de Olga: Los niños de la Gabriela
La elección del tema no ha sido muy acertada. Elegir una canción rápida y de tanta energía para hacer un dúo no es muy bueno. La coreografía ha sido muy vistosa y hay que reconocer que a nivel escénico han sabido mantener muy bien el ritmo tan trepidante de la canción, de una manera muy dinamizadora y ágil. Yo temía que tanta intensidad acabara agotando la actuación (a las cantantes). Sin embargo, tanto Olga como Natalia han sabido estar siempre arriba y no decaer en ningún momento. Eso ha pasado factura a nivel técnico: con tantas idas, venidas, movimientos imposibles, golpes de cadera, golpes con los pies, la voz de ambas estaba al límite. Por eso, había problemas con las respiraciones. Se notaban agitadas y les costaba pronunciar. De hecho, las partes en conjunto no han quedado nada bien y no se compenetraban ni coordinaban. Es un tema demasiado rápido y escénicamente demasiado barroco para hacer una coral. Las intervenciones individuales sí han resultado más atinadas y afortunadas (ha sido justo lo contrario a la coral de María Rubí). Tanta energía ha pasado factura. Yo hubiera quitado parte de la coreografía para que Natalia y Olga pudieran haber trabajado sin tanto estrés. Muy buena interpretación y escenificación pero a costa de técnica vocal. Un 5,5.
Reto final: Marceliano VS José: ¿Quién dijo pena?
Marceliano: No lo he visto nada centrado ni desde el punto de vista técnico ni desde el punto de vista dramático. Ha habido muchos fallos, muchas vacilaciones, poca iniciativa para innovar y contar el tema de la canción. Marceliano ha puesto el modo piloto automático, haciendo que todo pasara lo más rápido posible y sin poder proyectar su voz sobre la faceta dramática. Ha pasado su voz por encima, pero no la ha paseado. No ha sido capaz de generar atmósfera lírica. Las dudas, inseguridades y fallos técnicos impiden crear un mundo literario y el cantante no puede dramatizar ni ponerse en situación, ni mucho menos adherir una intención. Eso se traduce en un suspenso. Un 4,5.
José: Al contrario que Marceliano, José sí ha podido adoptar unas pautas y directrices (técnicas y dramáticas). Esto le ha permitido crear una situación dramática, sin tantos errores ni limitaciones como su rival. Por tanto, eso le hace merecedor de haber ganado el reto y seguir en el programa. Eso no quiere decir que su actuación haya sido brillante, pero al menos sí ha sido digna y válida. Ha habido imperfecciones (de tono, de compenetración con el piano, alguna desafinación, alguna incoherencia gestual), pero al menos, José sí se he metido en el papel, lo ha resuelto, se ha apoyado de su cuerpo y de sus gestos y puedo decir que la interpretación ha estado correctamente situada en su registro, se ha entendido y analizado la pretensión del tema y por tanto, el producto ha sido muy creíble. Han faltado matices, pero al menos José ha ido sobre seguro y lo he visto más concentrado y luchando por querer hacerlo bien. Por eso, le doy un 6,5.
A
Reto inicial: María Jesús VS Elena: Me embrujaste
María Jesús: No hay duda de que la retante tiene uno de los timbres de voz más peculiares que hemos oído en la historia de A tu vera. Eso podría ayudar a dar un giro muy personal a las coplas ya conocidas, ya que es una voz con unos matices muy ácidos, muy agrios, muy amargos, que ayudan a crear brochazos muy coloridos a los temas, y conseguir cierta expresividad con según qué temas (como ha pasado hoy, para crear un ambiente intimista). El problema es que es a la larga puede hacerse cansada y empalagosa, ya que una vez que se pierde el efecto de sorpresa inicial, puede llegar a convertirse en una traba. Por eso, el resultado final ha sido un producto algo engolado, algo enviciado, con una pronunciación que deja que desear. En expresión corporal la he visto mejor que su rival e incluso más metida en el meollo del tema (actitudinalmente) con unos gestos, miradas y movimientos más convincentes. El problema es que al no matizar tanto la voz, su propio timbre ha quitado brillantez al tema, y encima se ha inventado media letra, con un contenido que ha quitado mucha magia y sentido a la canción. Una lástima. Si no llega a cometer esos errores podía haber obtenido una nota mejor. Un 5.
Elena: También ha tenido algún error en la letra. Ha sido un error mucho más pequeño que su rival, pero al contrario que a María Jesús (que no se inmutaba e intentaba hacer que no se notara), Elena sí reflejaba cierta preocupación en su mirada, en sus movimientos. Cuando la técnica no va bien, enseguida se refleja en Elena y eso enturbia mucho en proceso dramático. No se puede decir que ha interpretado mal, pero no ha arriesgado mucho, no ha matizado todo lo que podía matizar. Ha hecho una actuación básica (de aprobado), bien situada en el registro pero sin buscar el efectismo ni la sorpresa (sin exprimir sus herramientas de artista). Además, en expresión corporal no ha estado tan profunda como su rival. Vocalmente ha estado bien afinada, bien en tempo, en sintonía con el piano y cuando las cosas iban bien, ella se notaba con cierta seguridad. Ha cometido menos errores que su rival y la voz ha armonizado mejor con el carácter del tema. Por tanto, le pongo un 6.
Sergio: Malvaloca
Después de dos actuaciones bastante buenas se puede decir que Sergio ha encontrado una velocidad de crucero (que le puede hacer llegar a la final), pero en esta ocasión no lo he visto ni tan fino ni tan cómodo como otras veces. No obstante, el resultado sigue siendo aceptable. Hoy lo he visto un poquitín más frío con la mirada (por ejemplo, no ha mirada tanto a cámara, ni ha coqueteado como otras veces lo hace con el receptor). Los matices dramáticos los ha dejado un poquitín de lado en beneficio de los garganteos y las florituras. Ha sonado muy bonito, ha quedado muy estético, e incluso ha maquillado un poco los problemas dramáticos, pero tanto ornato ha quitado brillantez a la interpretación. Yo creo que no lo ha sentido ni apasionado tanto como las dos semanas anteriores. La puesta en escena ha quedado bien, ya que Sergio lo ha sabido vender con solvencia y tablas. Hoy ha faltado potenciar un poquitín más la atmósfera literaria de la copla, crear un flujo que nos metiera de lleno (al 100% en el tema) en lugar de quedarse en la superficie. Me ha faltado riesgo. Un 6,5.
Sonia: La flor del temperamento
En esta ocasión voy a ser un pelín exigente con Sonia. Ella es una de las mejores concursantes de la edición y creo que se le pueden pedir ciertas cosas, porque es capaz de mejorarlas y porque hasta ahora ha demostrado que tiene muchísima profesionalidad, versatilidad y calidad artística. La actuación, en conjunto, ha sido buena. Analizando objetivamente los parámetros (voz, interpretación, puesta en escena), hay que reconocer que ha cumplido lo que se le pide: ha puesto garra, fuerza, temperamento, se ha movido bien, lo ha vendido bien, está en el registro que se pide, ha afinado, ha controlado muy bien las respiraciones (en un tema tan agitado como este es muy difícil). Lo que pasa es que en esta ocasión el flujo dramático se le ha ido de las manos, y ha hecho más cosas de las que había que hacer. Para mí, el conjunto ha quedado sobreactuado en exceso. En algunas partes, los gestos, las miradas, los movimientos, los colores vocales estaban al límite, muy forzados, muy exagerados, quitando mucha naturalidad al conjunto. Cuando se sobreactúa, se pierde ese “pellizquito” que es tan necesario, no llega a poner la piel de gallina. Algunos movimientos (saltos en escena), algunos quiebros vocales estaban tan al límite, que se han acabado convirtiendo en una parodia, haciendo un “contrafactum” del tema. Algunas partes costaba asimilarlas, ya que no resultaban del todo creíbles y desvirtuaban el temperamento, convirtiendo al personaje en algo cercano al esperpento (al teatro de marionetas). Por eso, creo que Sonia tiene que medir ese flujo dramático y buscar contenerse y recogerse cuando hay que hacerlo, controlando la fuerza, ya que la fuerza en exceso pierde el carácter de fuerza. Por supuesto, esto no ha pasado en toda la canción, pero sí en determinadas partes. Por eso, a pesar de que el producto es muy bueno, le voy a poner la nota más baja que le he puesto hasta el momento: un 7.
Marceliano: Adiós España
Ha habido algunos problemas de sintonía con la orquesta (adelantándose Marceliano algunas veces). Dramáticamente ha quedado poco potente el producto debido a las carencias en expresión corporal: Marceliano no ha transmitido con la mirada, no ha gesticulado, no se ha movido. Tiene que potenciar la presencia escénica para enriquecer así sus interpretaciones. La puesta en escena ha sido prácticamente nula y eso quita mucha transmisión. Yo veo que Marceliano toma como único foco de fuerza la voz y eso, dependiendo del tema que toque, puede jugar a favor o en contra. La voz es un instrumento vocal, que hay que utilizar de manera equilibrada en dos direcciones, las cuales responden a las siguientes pretensiones:
a) Transmitir una idea, un tema, un sentimiento (el cual contiene la canción)
b) Ser agradable para los oídos (cantar bonito)
Yo creo que Marceliano confunde ambas esferas. No hay duda de que su voz suena muy agradable (ese final ha quedado precioso), pero los temas no sólo están para hacer malabarismos y demostrar qué cualidades tienes, sino también para transmitir, emocionar. Su voz es una voz muy ornamentada, pero hay que potenciarla con otras cosas para emocionar de verdad, ya que el sentimiento de nostalgia no lo he visto ni en los ojos, ni en los gestos, ni en los matices. Él matiza para quedar bonito, peor no matiz para buscar el “pellizquito”. Como ejecutor vocal de un tema ha estado correcto, pero como actor no. Me han faltado tablas, me ha faltado seguridad, presencia, capacidad de análisis. Tiene que aprender a conocer y moldear su propia voz. Por eso, solamente le puedo dar un 5,5 a pesar de que el producto haya quedado agradable.
Raquel: La de la calle Pureza
Voy a ser breve. Por segunda semana consecutiva, me ha absorbido totalmente y no he podido poner “peros” importantes (salvo alguna cosita técnica). Ha sido capaz de crear su propio espacio dramático y de ejecutar un producto potente, bien trabado y bien resuelto en todos sus aspectos. Lo vende bien, se apoya de la paralingüística y el lenguaje no verbal de una manera creíble y profesional. Cuando hay pasión, hay trabajo, hay una intención clara y mimas el tema desde el principio hasta el final, sale así de magistral. El receptor se queda embobado y se emociona, quedándose con la boca abierta. Raquel tiene una capacidad de hilvanar los temas para crear un continuum lírico extraordinario. Le pongo un 9.
José: El macetero
Técnicamente ha sido una actuación muy desafortunada. José sigue teniendo sus habituales problemas de afinación, de tono, de tempo. Por ejemplo, los alargamientos no los hace bien y pierde el control del aparato fonador, llegando a temblarle el flujo fónico. El problema de José es simplemente de falta de coordinación entre el cerebro y las cuerdas vocales. Eso con experiencia, con trabajo, con educación musical y con práctica se arregla (no es algo “terrible”). Y sobre todo, para controlar hace falta poner atención, oírte, y no ponerse nervioso. El programa ha tenido un detalle organizándole una puesta en escena tan currada, dando flores a todas las mujeres del plató. Eso le ha ayudado a perder los nervios y las inseguridades en el escenario (a sentirse como pez en el agua) pero también creo que ha jugado una mala pasada, ya que en esos momentos de interacción, la afinación ha caído bastante. Me ha faltado dulzura dramática, más sosiego, más gracia, más sensualidad. Tenía que haber sonreído más, creérselo más, ponerle desparpajo, cortesía. Realmente, el rol del personaje es bastante “añejo” y no tenía mucha dificultad para dramatizar (es un personaje tipo, muy marcado y bastante efectivo). La actitud ha mejorado algo respecto a la semana pasada, pero no ha acabado de cuajar del todo. La puesta en escena le ha ayudado bastante. El problema es que no todos los temas van a tener una puesta tan currada, y habrá veces que tu propia presencia tendrá que rellenar todo el hueco dramático. Un 5 por el esfuerzo, y por sentirse menos nervioso.
Natalia: Y ahora qué
Al igual que Raquel, Natalia ha encontrado su hueco en el programa y eso le ha permitido lucirse y brillar semana a semana. Hoy tenía un temazo de Marifé, que ha sabido proyectar de una manera brillante. En las partes más álgidas, Natalia ha estado como de costumbre, muy sentida, muy creíble, utilizando como caja de resonancia todo su cuerpo, moviéndose de una manera expresiva, contándolo con emoción, bien metida en el papel. Sin embargo, en las partes más intimistas le he visto una faceta muy elegante y piqueriana que me ha sorprendido mucho. Creo que esa línea la puede explotar en futuras actuaciones. Digo lo mismo que con Raquel: cuando una cosa se hace con esa pasión, hilvanando de principio a fin cada detalle, el espectador disfruta enormemente del programa. Versión muy personal, sin parecerse en nada a Marifé. Me alegro por ello. Le iba a poner un diez, pero al igual que con Raquel, ha habido algún final que no ha estado del todo perfecto, y por eso le pongo un 9.
Verónica: Locura de mi querer
Yo creo que Verónica ha hecho una actuación muy dicotómica: ha cantado magistralmente con el cuerpo, pero no ha explotado todo lo que podía haber explotado la voz. Los gestos y las miradas resultaban muy expresivas, muy sugestivas, estaban cargadas de lirismo, de densidad dramática. Viendo los ojos de Verónica la he visto metida de lleno en el papel, como una gran actriz de la copla. El temperamento se dibujaba en su rostro, en la manera de moverse, muy controlada, sin exageraciones. Sin embargo, a nivel vocal no me ha llenado del todo. Me ha faltado fuerza, poderío, intensidad. La voz de Verónica posee unos graves extraordinarios, pero a la hora de subir no tiene ese abanico que tienen otras, y por eso, en un tema como este, todo ha quedado un poquitín light. Ha habido algunos fragmentitos algo dubitativos, donde la fluidez dramática se tambaleaba (aunque sin perderse del todo). Eso quita matices a la canción. Como actriz me ha gustado, pero como cantante no ha fusionado la voz con su cuerpo. Ha faltado coherencia, redondear el producto, hilarlo más fino. Una lástima. Le doy un 6,5.
Sandra: La emperaora
Es verdad que Sandra no posee una voz muy potente, pero también hay que reconocer que la sabe explotar bastante bien y conoce cuáles son sus límites. Ha ido de menos a más. Al principio la he visto un pelín fría y dubitativa, pero poco a poco ha empezado a calentarse y a meterse de lleno en el personaje, consiguiendo una credibilidad muy buena. La interpretación ha resultado muy fina, muy elegante, muy bien controlada, buscando cierta contención, pero creyéndoselo (sin necesidad de exagerarlo). Yo creo que ha dado con la tecla a la hora de configurar su personaje, de buscar su punto de cocción. Es verdad que falta maduración, tanto en detalles vocales como a la hora de depurar ciertos gestos y miradas. En conjunto me ha gustado. Podía haber arriesgado un poco más en detalles, para llegar a la excelencia, pero para ser su segundo programa lo ha hecho francamente bien y ha resultado muy verosímil. Y técnicamente la he visto muy correcta. Un 7.
Elena: La canción del olé.
Es evidente que Elena ha hecho su mejor actuación de programa. Me ha parecido excesivo darle tantos dieces (ya que hay muchas cosas que pulir), pero hay que reconocer que hoy sí ha estado radiante en el escenario. Tener un tema divertido como este, puede generar ciertas dificultades para gente tan tímida como Elena. Al principio la he visto muy estática, con poco movimiento, pero al igual que Sandra ha ido de menos a más, y al final ha conseguido proyectar una puesta en escena bastante potente, sin que le afectara al plano vocal. Ha habido de vez en cuando alguna cosita técnica, pero muy leve, y eso hoy no lo voy a tener muy en cuenta, ya que la interpretación ha sido muy clara y precisa. Por fin la he visto contenta, sonriendo, mirando a cámara, sin vergüenza a la hora de moverse, con gestos y miradas muy pícaras, muy graciosas, con cierta chulería (como requería el tema). Hoy la he visto muy suelta, sin tantos nervios. Se nota que ella se lo estaba creyendo y se sentía cómoda. Cuando una persona está cómoda en el escenario, el receptor también se percata y se crea un ambiente entrañable. Por fin no he sufrido con Elena y me lo he pasado bien. Ha sabido dinamizar muy bien la canción, aportando gracia y desparpajo natural. Hay cosas que se pueden mejorar, pero el salto ha sido asombroso. Un 8.
Coral de Jumilla: Embrujá por tu querer
Por fin puedo decir que Jumilla ha hecho una coral en la que ha asumido ciertos riesgos. Me ha encantado la teatralización y el montaje dramático que se ha hecho entre Juan y las dos chicas (Verónica y Sandra). Las voces empastaban bien, se ha generado muy buen gancho vocal (a lo mejor hubiera estado bien potenciar más la interacción física entre los componentes, para que lo vocal se compenetrara de todo con lo corporal). Los tres miembros estaban perfectamente metidos en su rol. Han cantado con gracia, con guasa, divirtiéndose y creando un ambiente carismático muy bueno. Ha habido algunos fallitos técnicos (subsanados por la orquesta) y me han faltado la presencia de más partes donde cantaran todos juntos. La mejor coral de Jumilla en lo que va de programa. Un 7,5.
Coral de María Rubí: La copla en nuestra voz
Las partes en conjunto han quedado muy bien empastadas. Sonaban muy bonitas y se notaba el espíritu de equipo. Daba gusto ver fluir (vocalmente) el tema: se entendía bien, estaban compenetrados, han hecho garganteos muy estéticos (y significativos). Sin embargo, las aportaciones individuales han sido muy irregulares, y algunas partes han ensuciado un poco el resultado final. María ha acabado “eclipsando” al resto de componentes, ya que ella ha demostrado todo su poderío. Sonia ha estado demasiado sobreactuada (en temas ligeros como estos, hay que tener cuidado). Raquel, ha estado muy bien en su segunda intervención. José no pegaba mucho en los matices vocales, pero técnicamente lo he visto mejor que en su canción individual. Por tanto, a nivel grupal, ha sido una delicia, pero el resultado ha quedado un pelín irregular por todo eso que os digo. Un 6,5.
Coral de Olga: Los niños de la Gabriela
La elección del tema no ha sido muy acertada. Elegir una canción rápida y de tanta energía para hacer un dúo no es muy bueno. La coreografía ha sido muy vistosa y hay que reconocer que a nivel escénico han sabido mantener muy bien el ritmo tan trepidante de la canción, de una manera muy dinamizadora y ágil. Yo temía que tanta intensidad acabara agotando la actuación (a las cantantes). Sin embargo, tanto Olga como Natalia han sabido estar siempre arriba y no decaer en ningún momento. Eso ha pasado factura a nivel técnico: con tantas idas, venidas, movimientos imposibles, golpes de cadera, golpes con los pies, la voz de ambas estaba al límite. Por eso, había problemas con las respiraciones. Se notaban agitadas y les costaba pronunciar. De hecho, las partes en conjunto no han quedado nada bien y no se compenetraban ni coordinaban. Es un tema demasiado rápido y escénicamente demasiado barroco para hacer una coral. Las intervenciones individuales sí han resultado más atinadas y afortunadas (ha sido justo lo contrario a la coral de María Rubí). Tanta energía ha pasado factura. Yo hubiera quitado parte de la coreografía para que Natalia y Olga pudieran haber trabajado sin tanto estrés. Muy buena interpretación y escenificación pero a costa de técnica vocal. Un 5,5.
Reto final: Marceliano VS José: ¿Quién dijo pena?
Marceliano: No lo he visto nada centrado ni desde el punto de vista técnico ni desde el punto de vista dramático. Ha habido muchos fallos, muchas vacilaciones, poca iniciativa para innovar y contar el tema de la canción. Marceliano ha puesto el modo piloto automático, haciendo que todo pasara lo más rápido posible y sin poder proyectar su voz sobre la faceta dramática. Ha pasado su voz por encima, pero no la ha paseado. No ha sido capaz de generar atmósfera lírica. Las dudas, inseguridades y fallos técnicos impiden crear un mundo literario y el cantante no puede dramatizar ni ponerse en situación, ni mucho menos adherir una intención. Eso se traduce en un suspenso. Un 4,5.
José: Al contrario que Marceliano, José sí ha podido adoptar unas pautas y directrices (técnicas y dramáticas). Esto le ha permitido crear una situación dramática, sin tantos errores ni limitaciones como su rival. Por tanto, eso le hace merecedor de haber ganado el reto y seguir en el programa. Eso no quiere decir que su actuación haya sido brillante, pero al menos sí ha sido digna y válida. Ha habido imperfecciones (de tono, de compenetración con el piano, alguna desafinación, alguna incoherencia gestual), pero al menos, José sí se he metido en el papel, lo ha resuelto, se ha apoyado de su cuerpo y de sus gestos y puedo decir que la interpretación ha estado correctamente situada en su registro, se ha entendido y analizado la pretensión del tema y por tanto, el producto ha sido muy creíble. Han faltado matices, pero al menos José ha ido sobre seguro y lo he visto más concentrado y luchando por querer hacerlo bien. Por eso, le doy un 6,5.
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